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Descubren la ciudad ibera fundacional del yacimiento de La Alcudia (Elche, Alicante)

Vista aérea del yacimiento de La Alcudia, en Elche (Alicante), uno de los enclaves iberos más importantes del sudeste peninsular. Universidad de Alicante.

El equipo de investigación que desarrolla el proyecto Damas y Héroes. Tras la Ilici ibérica en el yacimiento arqueológico de La Alcudia de la Universidad de Alicante, era conocedor de que el enclave ibérico descubierto era uno de los más destacados del sudeste peninsular.

“Se sabía por la entidad de algunos de los hallazgos encontrados, entre los que destaca sin lugar a duda la escultura de la Dama de Elche. Sin embargo, faltaba dar con los restos arquitectónicos que explicaran la importancia de los grupos ibéricos allí asentados y que nos permitieran conocer cómo era la sociedad del momento”, explica el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Alicante, Alberto Lorrio (izquierda), director del proyecto de investigación junto con el profesor de Historia Antigua de la Universidad de Murcia, Héctor Uroz (derecha).

Las investigaciones llevadas a cabo desde el año 2017 ya habían permitido descubrir la muralla del enclave fundacional del yacimiento íbero (derecha) que se remonta al año 500 a. C., y algunas de las estancias pertenecientes a restos de viviendas del protourbanismo de la ciudad. Una información que en las últimas campañas arqueológicas se ha multiplicado exponencialmente, conociéndose en la actualidad hasta ocho departamentos, algunos pertenecientes a una misma vivienda, que se adosan a la muralla fundacional y que suponen la primera huella conocida de la Illici ibérica, una de las ciudades más destacadas de la Contestania ibérica, que ocupaba un extenso territorio entre las actuales provincias de Alicante, Murcia, Albacete y sur de Valencia.

"El descubrimiento del enclave fundacional de la ciudad íbera de La Alcudia ha permitido dar contexto a las élites ibéricas que encargaron esculturas como la Dama de Elche”, afirma Lorrio quien asegura también que “estos hallazgos poseen muchísimo más valor para el conocimiento del yacimiento en términos históricos y arqueológicos, que el haber encontrado otra escultura de una dama”.

"El enclave descubierto en La Alcudia es la primera metrópoli, la primera gran ciudad ibérica de la Contestania y la más antigua. No existe ninguna más antigua de esta envergadura”, afirma el profesor Uroz.

Una de las características más relevantes es el buen estado de conservación de los restos. La explicación es que “sus habitantes decidieron abandonar esa zona debido a las constantes inundaciones que sufrían y optaron por trasladarse a una zona más alta, no sin antes rellenar el interior de las antiguas viviendas, previamente abandonadas”, relata el catedrático Alberto Lorrio.

Este hecho excepcional ha permitido documentar las técnicas de construcción de los primeros íberos que habitaron La Alcudia con la utilización, en la muralla y en los espacios domésticos, de una arquitectura mixta con zócalos de mampostería y alzados de adobe o de barro amasado, técnica ésta también utilizada para la construcción de otros elementos como bancos o poyetes.

Foto: Trabajos de investigación en la nueva zona descubierta en el yacimiento de La Alcudia.

Los investigadores han encontrado los "elementos arquitectónicos casi en perfecto estado de conservación, mientras que son escasos los hallazgos de recipientes cerámicos o de otros elementos materiales del momento, pues con la remodelación del asentamiento sólo dejaron en el interior de las viviendas los objetos que olvidaron o abandonaron”, señalan los investigadores.

"Los hallazgos, que han sorprendido por su monumentalidad y nivel de conservación, resultan acordes con el poder que debieron tener las élites de la Contestania en su época. Las soluciones arquitectónicas y la envergadura de la muralla, para la que se ha propuesto una altura de al menos cinco metros, responden a un interés por mostrar su poder”, señalan.

Plano alzado del conjunto residencial excavado en el yacimiento de La Alcudia, en Elche. Universidad de Alicante.

"La muralla, como ya se había documentado en pasadas campañas, cuenta con sistemas antisísmicos solo identificados en este yacimiento, lo que supone un conocimiento previo de este tipo de construcciones defensivas y su adaptación al territorio", reseña Lorrio, quién apunta que por sus características y complejidad “esta construcción, así como el urbanismo asociado, responden a un diseño preconcebido y perfectamente planificado, acorde con la importancia del asentamiento”.

“No hay otra zona en La Alcudia donde se haya identificado la última y la primera fase con toda la secuencia intermedia. Aquí encontramos la evolución completa de uno de los yacimientos más importantes de España”, asevera el profesor Uroz.

Equipo de familia de algunos de los participantes en la campaña 2024 del proyecto "Damas y Héroes. Tras la Ilici ibérica" en el yacimiento La Alcudia.

La fase de excavación ya ha finalizado y ahora, con el yacimiento ya cubierto para su protección, los investigadores han iniciado la fase de análisis en el laboratorio de las piezas halladas. En la próxima campaña se ampliará la excavación de las viviendas hacía el interior del poblado, con el fin de obtener una visión completa de las fases ibéricas más antiguas del sector excavado. “Una labor muy compleja pues implica abordar la historia de La Alcudia en sentido inverso, lo que en la zona se traduce en el hallazgo de restos de construcciones, enterramientos y potentes basureros pertenecientes a diferentes épocas, como la tardorromana o la bizantina, como ya ha sucedido en las campañas precedentes en ese mismo sector, en los que se ha llegado a profundizar hasta cuatro metros".

En el proyecto “Damas y Héroes. Tras la Ilici ibérica” participan estudiantes y egresados del Grado de Historia y de los másteres de Arqueología y de Prehistoria (MEPAM) de las universidades de Alicante y Murcia, y cuenta con la financiación del Vicerrectorado de Investigación de la Universidad de Alicante y el apoyo del Ayuntamiento de Elche y la Generalidad Valenciana.

Fuente: Universidad de Alicante | 8 de mayo de 2024

Experto asiriólogo afirma haber resuelto misterio arqueológico del 700 a.C.

Dibujos de finales del siglo XIX de los símbolos del águila y el toro publicados por el excavador francés Victor Place. Biblioteca pública de Nueva York.

El Dr. Martin Worthington, asiriólogo del Trinity college de Dublín, ha ofrecido una explicación de los símbolos antiguos que aparecen en templos asirios, de 2.700 años de antigüedad, que han desconcertado a los expertos durante más de un siglo.

La secuencia de esos "símbolos misteriosos" estaba a la vista en templos de varios lugares de la antigua ciudad de Dur-Sharrukīn ("la fortaleza de Sargón"), actual Khorsabad, Irak, la cual fue gobernada por Sargón II, rey de Asiria (721–704 a. C.).

Bajorrelieve del palacio de Sargón en Dur Sharrukin (Museo del Louvre). El rey Sargón II (a la derecha) junto a su hijo, el príncipe Senaquerib (a la izquierda).

La secuencia de cinco símbolos (un león, un águila, un toro, una higuera y un arado) se dio a conocer por primera vez en el mundo moderno a través de dibujos publicados por excavadores franceses a finales del siglo XIX. Desde entonces, ha habido una avalancha de ideas sobre lo que podrían significar los mismos.

Se los ha comparado con los jeroglíficos egipcios, entendidos como reflejos del poder imperial y se sospecha que representan el nombre del rey, pero ¿cómo?

El Dr. Martin Worthington (izquierda), de la Escuela de Lenguas, Literaturas y Estudios Culturales del Trinity College, propuso una nueva solución en un artículo publicado en el Bulletin of the American Schools of Oriental Research.

En él sostiene que las palabras asirias para los cinco símbolos (león, águila, toro, higuera y arado) contienen, en la secuencia correcta, los sonidos que explican la forma asiria del nombre "Sargón" (šargīnu).

A veces, en el mismo yacimiento arqueológico se utiliza sólo tres de los símbolos (león, árbol, arado), que, según el Dr. Worthington, describen nuevamente el nombre "Sargón", siguiendo principios similares.

Dibujos de finales del siglo XIX del árbol y los símbolos del arado publicados por el excavador francés Victor Place. Biblioteca pública de Nueva York.

El Dr. Worthington comentó: "El estudio de lenguas y culturas antiguas está lleno de acertijos de todas las formas y tamaños, pero no es frecuente en el antiguo Cercano Oriente que uno se enfrente a símbolos misteriosos en la pared de un templo".

Además, según el Dr. Worthington, cada uno de los cinco símbolos también puede entenderse como una constelación. Así, el león representa a Leo y el águila a Aquila (nuestras propias constelaciones son heredadas en gran medida de Mesopotamia, a través de los griegos, por lo que muchas de ellas son iguales). La higuera sustituye a la constelación "la Mandíbula", difícil de ilustrar (que no tenemos hoy), sobre la base de que iṣu "árbol" suena similar a isu "mandíbula".

"El efecto de los cinco símbolos fue colocar el nombre de Sargón en los cielos, para toda la eternidad, una forma inteligente de hacer inmortal el nombre del rey. Y, por supuesto, la idea de individuos grandilocuentes que escriben su nombre en los edificios no es exclusiva de antigua Asiria", dice el Dr. Worthington.

Dibujos del símbolo del león de finales del siglo XIX publicados por el excavador francés Víctor Place. Biblioteca pública de Nueva York.

La antigua Mesopotamia, o el Iraq moderno y las regiones vecinas, fue el hogar de babilonios, asirios, sumerios y otros, y hoy en día se investiga a partir de escritos cuneiformes, que sobreviven en abundancia. De hecho, la escritura probablemente se inventó allí alrededor del 3400 a.C. Así pues, aunque los eruditos de Sargón no se hubieran dado cuenta de ello, al idear nuevos símbolos escritos se estaban haciendo eco de la historia mesopotámica de más de mil años antes.

El Dr. Worthington explicó: "No puedo probar mi teoría, pero el hecho de que funcione tanto para la secuencia de cinco símbolos como para la secuencia de tres símbolos, y que los símbolos también puedan entenderse como constelaciones culturalmente apropiadas, me parece muy interesante". Las probabilidades de que todo esto no sea casualidad son (perdón por el juego de palabras) astronómicas.

El Dr. Worthington se ha especializado en los idiomas y civilizaciones de la antigua Mesopotamia, incluidas las de los babilonios, asirios y sumerios.

Representación de Sargón II en la puerta 'Z'. Biblioteca pública de Nueva York

"Esta región del mundo, que incluye el actual Irak y partes de Irán, Turquía y Siria, a menudo se conoce como la "cuna de la civilización". Es donde nacieron ciudades e imperios, y su historia es una gran parte de la historia humana.

Debido a la costumbre mesopotámica de contar en sesenta, hoy tenemos 60 minutos en una hora, y se dice que Abraham (una figura central en tres de las principales religiones del mundo) vino de la ciudad mesopotámica de Ur.

"Resolver acertijos, o intentar hacerlo, es una parte especialmente divertida", dice el Dr. Worthington, "pero los estudios mesopotámicos en general tienen el objetivo más amplio de comprender la complejidad y diversidad de una gran parte de las sociedades humanas y los logros culturales".

Recreación de la puerta 'Z' del templo de Sin (símbolos a ambos lados de la puerta) en Khorsabad. Biblioteca pública de Nueva York

Fuente: Trinity College de Dublín | 3 de mayo de 2024

Un excepcional hallazgo revela que Córdoba era el mayor centro productivo de plomo de la Antigüedad

Lingotes 1, 2 y 3. Fotogrametría. Vistas longitudinales, frontales y secciones. (©Proyecto MEI-Heritage UCO)

En época romana, los metales, arrancados de la tierra por fatigados mineros, eran transformados en lingotes para facilitar su almacenamiento y distribución. La gran mayoría se ha encontrado en las entrañas de olvidadas embarcaciones que naufragaron durante su transporte por el Mediterráneo antes de llegar a su destino. Muy pocos se han documentado cerca de sus mercados, como los localizados en Pompeya y Herculano.

Por ello, hallar lingotes en su mismo centro de producción es algo muy poco frecuente, pero que ha ocurrido en el yacimiento cordobés de los Escoriales, cerca de la aldea de Doña Rama. Estos tres lingotes, inéditos hasta ahora, manifiestan la importancia productora y exportadora de plomo del norte de Córdoba y demuestran que la zona fue el principal polo de fundición de este metal en el antiguo occidente mediterráneo.

Según el último estudio dirigido por Antonio Monterroso, arqueólogo e investigador de la Universidad de Córdoba, publicado en la revista Journal of Roman Archaeology, estos lingotes miden cerca de 45 centímetros de largo, su peso varía entre los 24 y 32 kilogramos y tienen una forma triangular.

Yacimiento de Los Escoriales de Doña Rama-Bélmez sobre ortofoto. (©PNOA-Actual).

El plomo

El plomo era un material muy valorado en el mundo romano, ya que con él que se fabricaron gran cantidad de objetos de uso diario como cucharas o tejas, además de ser usado en las tuberías y canalizaciones de agua. El análisis de la composición química y de los isótopos estables de estas piezas ha permitido desvelar tanto que estaban desplatados como que el mineral con el que se fabricaron era originario del distrito de Fuente Obejuna-Azuaga, un centro de gran actividad extractiva en la época y al que pertenece al yacimiento de Doña Rama, donde se han encontrado los lingotes.


(a), (b), (c) y (d) Construcciones en ladera situadas en el sector a monte del yacimiento; (e) y (f) Sector inferior del yacimiento situado en llano. (©Proyecto MEI-Heritage UCO).

Es decir, las tres piezas tenían un origen común. El hecho de que los lingotes se encontraran en la misma zona en la que se habían fabricado es "un caso excepcional y cuyo motivo se desconoce", según se recoge en una nota de prensa distribuida por la Universidad de Córdoba.

"Esta información inserta a estas comarcas del norte de Córdoba en las redes principales de producción metalúrgica, económica y comercial de la Antigüedad en el Mediterráneo", explica Antonio Monterroso.

Marcas de la 'Societas Sisaponensis' en los lingotes. Universidad de Cambridge.

Societas Sisaponensis

Estas piezas, fechadas en el siglo I d.C. fueron grabadas con dos letras "S" que las identificaban y permiten conocer una parte de su historia. Dichas iniciales hacen referencia a la Societas Sisaponensis, una empresa privada que explotaba varias minas de Hispania con el beneplácito de la Urbs y cuyo origen se sitúa en la antigua ciudad de Sisapo (Ciudad Real) alrededor del siglo I a.C.

Esta empresa, citada en una de las cartas de Cicerón, era conocida en Roma por centrar gran parte de su actividad en el Valle de Alcudia, en la moderna provincia de Ciudad Real, donde extraían el minum, el cinabrio. "Este mineral es un sulfuro de mercurio de color rojizo del que se obtenía el conocido pigmento 'rojo pompeyano' y se podía extraer el mercurio", explican los investigadores en su artículo.

Coto minero Montes 'Societatis Sisaponensis' al norte de Córdoba y su vía de servidumbre en relación al recorrido de la via Corduba-Emerita/Corduba-Sisapo. (©Proyecto MEI-Heritage UCO).

Sin embargo, el Valle de Alcudia y el yacimiento de los Escoriales están separados por 70 kilómetros, motivo por el que los investigadores creen que una de sus sedes principales se situó en la antigua Corduba, capital de la Hispania Ulterior en época republicana y de la provincia de Bética ya en tiempos imperiales. Esta presencia en zonas tan alejadas daría muestras de la poderosa logística de recursos y personas que esta Societas era capaz de desplegar.

Aún quedan muchas preguntas sin responder en el yacimiento de Doña Rama, que se piensa sería un poblado minero que contaría con una fundición, una zona de procesado y, posiblemente, un recinto fortificado. No obstante, según matiza Monterroso, "todo está por investigar".

Fuente: elespanol.com | Universidad de Córdoba | 7 de mayo de 2024

El lugar de entierro de Platón finalmente se revela después de que una IA descifre un pergamino carbonizado durante la erupción del Monte Vesubio

Imagen del papiro en el cual se han podido leer las indicaciones que, según los investigadores, permitirían encontrar la tumba de Platón. Consiglio Nazionale delle Ricerche.

El desciframiento de un pergamino antiguo ha revelado dónde está enterrado el filósofo griego Platón, sugieren investigadores italianos.

Graziano Ranocchia (izquierda), filósofo de la Universidad de Pisa, y sus colegas, utilizaron inteligencia artificial (IA) para descifrar un texto en trozos de papiro carbonizado recuperado en Herculano, una antigua ciudad romana ubicada cerca de Pompeya, según una declaración traducida del Consejo Nacional de Investigación de Italia. .

Al igual que Pompeya, Herculano fue destruida en el año 79 d. C. cuando el Monte Vesubio entró en erupción, cubriendo la región de cenizas y flujos piroclásticos.

Uno de los pergaminos carbonizados por la erupción incluye escritos de Filodemo de Gadara (el cual vivió entre el 110 y el 30 a. C.), un filósofo epicúreo que estudió en Atenas y luego vivió en Italia. Este texto, conocido como "Historia de la Academia", detalla la academia que Platón fundó en el siglo IV a.C., y brinda detalles sobre la vida del mismo, incluido su lugar de enterramiento.

Los historiadores ya sabían que Platón, el famoso alumno de Sócrates que escribió sobre la filosofía de su maestro además de la suya propia, fue enterrado en la Academia, que el general romano Sila destruyó en el año 86 a.C. Pero los investigadores no estaban seguros de saber exactamente en qué lugar de los terrenos de la escuela de Platón, que murió en Atenas en 348 o 347 a. C., había sido enterrado.

Detalle de papiros de Herculano. Imagen cedida por Consiglio Nazionale delle Ricerche. D. P. PAVONE (D.P. PAVONE (CNR-INSTITUTE OF CULTURALE HERITAGE/BIBLIOTECA NAZIONALE DI NAPOLI).

Sin embargo, con los avances tecnológicos, los investigadores pudieron emplear una variedad de técnicas de vanguardia, incluidas imágenes ópticas infrarrojas y ultravioleta, imágenes térmicas y tomografía, para leer el antiguo papiro mencionado y que ahora forma parte de la colección de la Biblioteca Nacional de Nápoles.

Hasta ahora, los investigadores han identificado 1.000 palabras, o aproximadamente el 30% del texto escrito por Filodemo.

"Entre las noticias más importantes, leemos que Platón fue enterrado en el jardín reservado para él (un espacio privado destinado a la escuela platónica) de la Academia de Atenas, cerca del llamado Museion o 'sacellum' consagrado a las Musas", explican los investigadores. escribió en el comunicado. "Hasta ahora sólo se sabía que fue enterrado genéricamente en la Academia".

Restos arqueológicos de la Academia de Platón en el actual barrio de Kolonos.

El texto también detalla cómo Platón fue "vendido como esclavo" en algún momento entre el 404 y el 399 a.C. (anteriormente se pensaba que esto ocurrió en el 387 a.C.)

Otra parte del texto traducido describe un diálogo entre personajes, en el que Platón muestra desprecio por las habilidades musicales y rítmicas de un músico bárbaro de Tracia, según el comunicado.

Esta no es la primera vez que los investigadores utilizan la IA para leer pergaminos antiguos que sobrevivieron a la erupción del Monte Vesubio. A principios de este año, los investigadores descifraron un pergamino diferente que fue carbonizado durante la erupción volcánica en una villa cercana que perteneció al suegro de Julio César, Lucio Calpurnio Pisón Cesonino.

Fuente: livescience.com | 25 de abril de 2024

Descubren en Oviedo una losa que podría ser del sarcófago del rey asturiano Ramiro I

La consejera de Cultura, que ha visitado hoy los trabajos de restauración de Santa María del Naranco, valora el hallazgo como un “hito” para ahondar en la historia de Asturias (de izquierda a derecha, la directora de la Oficina de Bienes Culturales del Arzobispado de Oviedo, Otilia Requejo; el alcalde Oviedo, Alfredo Canteli; la consejera de Cultura, Política Llingüística y Deporte, Vanessa Gutiérrez; el director general de Patrimonio Cultural, Pablo León, y el arqueólogo de la Consejería de Cultura, César García de Castro).

Las obras de conservación que se están llevando a cabo en el templo prerrománico de Santa María del Naranco, en Oviedo (Asturias), declarado patrimonio mundial de la humanidad, han sacado a la luz una losa que podría pertenecer al sarcófago del rey asturiano Ramiro I, fallecido en el año 850.

Según ha informado la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Deporte del Principado, que desde hace unos meses ejecuta una actuación para solucionar las filtraciones de agua en el edificio, los estudios arqueológicos realizados a raíz del hallazgo apuntan, de hecho, a que el monumento prerrománico fue construido para albergar la tumba del monarca.

Los especialistas consideran que solo cabe suponer un destinatario del sarcófago, Ramiro I, fallecido en el año 850, quien habría proyectado la construcción del monte Naranco como panteón propio y capilla particular destinada a acciones litúrgicas.

En tiempos de Alfonso III, en el año 883, el cuerpo de Ramiro I descansaba en el panteón de Santa María del Rey Casto, en la catedral de Oviedo, adonde probablemente fue trasladado por su hijo Ordoño I (850-866). No obstante, la Crónica Albeldense refleja que Ramiro I falleció en Ligno, actual Lliño, nombre de la gran posesión en la que se emplazan la propia Santa María y la iglesia de San Miguel.

Dos metros y 600 kilos

La intervención se inició hace unos meses con el levantamiento del pavimento de losas irregulares y cantos de río del vestíbulo del edificio, donde se están llevando a cabo los trabajos de restauración. Este solado adosaba así una gran losa de caliza blanca, de dos por 0,80 metros y 600 kilos, situada en el sector más septentrional, cercana a la esquina noreste del citado vestíbulo.

Los arqueólogo César García de Castro y Alicia García Fernández han dirigido los trabajos para resolver la incógnita sobre la presencia de la gran losa de caliza, que no tiene nada que ver con el actual pavimento de cantos irregulares.

Ver vídeo en este enlace.

Una vez excavado en su totalidad el trasdós de la bóveda que soporta el pavimento de entrada al salón central del piso superior de Santa María, se ha podido certificar que la posición de esta losa de caliza es la original, de modo que fue colocada en el momento de la ejecución del edificio, a mediados del siglo IX.

Los investigadores concluyen que una pieza de esas dimensiones y peso, traída de canteras situadas a varios kilómetros, solamente podría haber sido colocada en el momento de la construcción del edificio. En todo caso, los expertos precisan que la función de Santa María fue múltiple y el hecho de que haya podido albergar el sarcófago del rey Ramiro I no invalida otras posibilidades de uso como el residencial.

Fuentes: 20minuitos.es | actualidad.asturias.es | lne.es | 22 de abril de 2024

Analizan ADN antiguo y evidencias arqueológicas para desentrañar el parentesco y las prácticas sociales del pueblo ávaro

Trabajos de excavación realizados por la Universidad Eötvös Loránd en el cementerio del período Avar (siglos VI-IX d.C.) de Rákóczifalva, Hungría, en 2006. © Instituto de Ciencias Arqueológicas, Museo Universitario Eötvös Loránd, Budapest, Hungría.

Un equipo de investigación multidisciplinario dirigido por científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva ha combinado datos de ADN antiguo con un contexto arqueológico, antropológico e histórico claro para reconstruir la dinámica social de las poblaciones descendientes de las estepas del período ávaro que se asentaron en la cuenca de los Cárpatos de Europa en el siglo VI.

El artículo, titulado "La red de grandes pedigríes revela las prácticas sociales de las comunidades ávaras", se ha publicado en Nature.

El estudio implicó analizar comunidades enteras tomando muestras de todos los restos humanos disponibles en cuatro cementerios de la era Ávar completamente excavados, analizando un total de 424 individuos y descubriendo que alrededor de 300 tenían un pariente cercano (1.º y 2.º grado) enterrado en el mismo cementerio. Esto permitió la reconstrucción de varios pedigríes extensos, el mayor de los cuales tiene nueve generaciones de profundidad y abarca unos 250 años.

Esto permitió la reconstrucción de varios genealogías extensas, las cuales revelaron que las comunidades practicaban un estricto sistema de descendencia patrilineal (individuos masculinos que permanecían en la comunidad después del matrimonio). Las mujeres desempeñaron un papel clave en la promoción de la cohesión social al vincular comunidades individuales casándose fuera de su comunidad original (exogamia).

Los cambios dentro de un enclave poblacional indicaban un reemplazo de comunidades, probablemente relacionado con cambios políticos, que permanecieron genéticamente invisibles, lo que muestra que la continuidad genética a nivel de ascendencia puede enmascarar el reemplazo de comunidades enteras, con importantes implicaciones para futuras investigaciones arqueológicas y genéticas.

La estepa póntica, c. 650, mostrando los primeros territorios de los jazares, los búlgaros y los ávaros.

Mapa de la Gran Llanura Húngara que muestra la ubicación de los cuatro sitios analizados en este estudio.

Kunpeszér y Kunszállás se encuentran en el DTI; Hajdúnánás y Rákóczifalva se encuentran en la región TT. Derecha, elementos arqueológicos típicos que caracterizan y distinguen las dos principales áreas de habitación de las poblaciones esteparias del período ávaro: espadas prestigiosas de las élites del DTI (KUP) y evidencia de entierros con pieles de caballo o animales en los sitios TT (RK). Abajo, línea de tiempo del período ávaro en la cuenca de los Cárpatos en la que se destaca las tres fases cronológicas principales (temprana, media y tardía) que muestran eventos históricos clave. Foto de la espada Kunpeszér: Museo Katona József (Kecskemét, Hungría); foto de la excavación de Rákóczifalva: Sándor Hegedűs.

Los ávaros, que procedían del Asia central y oriental, gobernaron gran parte de Europa central y oriental durante un cuarto de milenio, del siglo VI al IX d.C.

Desde finales del siglo VI d.C. hasta principios del siglo IX, los ávaros fueron la potencia dominante en el este de Europa central. Originarios del este de Asia central, probablemente del khaganato de Rouran destruido por los turcos, el grupo central de guerreros esteparios montados de los ávaros y sus familias llegaron al norte del Cáucaso en 557-558 d.C., donde otros grupos se unieron a la marcha hacia la cuenca de los Cárpatos en 567–568. Esta región se convirtió en el centro del imperio ávaro, donde se asentaron entre una población diversa derivada del periodo romano anterior seguido de los reinos gépidos y longobardos.

Después de que finalizaran las extensas incursiones en los Balcanes bizantinos en el año 626 d.C., la sociedad ávara cambió en muchos sentidos. El registro arqueológico indica que surgió un estilo de vida sedentario en nuevos asentamientos estables, con cementerios más grandes que contenían cientos de tumbas, y las expresiones culturales se volvieron más homogéneas. El reino ávaro persistió hasta que fue superado por los ejércitos francos de Carlomagno alrededor del año 800 d.C. Los títulos de rango turcos como khagan, iugurrus, tudun y tarkhan, mencionados en fuentes escritas documentan que se mantuvo el carácter centroasiático de su estructura política hasta su final.

Quizás sean menos conocidos que sus predecesores menos exitosos, los hunos. Sin embargo, en sus cementerios dejaron uno de los patrimonios arqueológicos más ricos de la historia europea, pues incluye unas 100.000 tumbas.

Entierro con un caballo en el yacimiento de Rákóczifalva, Hungría (siglo VIII d.C.). Este individuo masculino, que murió siendo joven, pertenece a la 2.ª generación del pedigrí 4, y fue uno de los hijos del fundador de esta unidad de parentesco. © Instituto de Ciencias Arqueológicas, Museo Universitario Eötvös Loránd, Budapest, Hungría

A partir de las costumbres funerarias de los ávaros y de informes escritos de sus vecinos, los arqueólogos han reconstruido algunas de sus prácticas sociales y formas de vida. Sin embargo, ahora la arqueogenética ofrece un punto de vista totalmente nuevo sobre las comunidades ávar que vivieron hace más de 1.000 años. En la actualidad, podemos analizar las formas en que los individuos se relacionaban entre sí del sexto al décimo grado.

Al combinar datos de ADN antiguo recientemente generados con información arqueológica, antropológica e histórica complementaria, un equipo del proyecto de investigación multidisciplinario Synergy Grant HistoGenes ha abierto nuevas formas de descubrir más sobre patrones de parentesco, prácticas sociales y desarrollo poblacional en el pasado distante.

El equipo incluye investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, junto con grupos de investigación de Hungría, Auistria y EE.UU. En su colaboración, establecieron nuevos estándares al utilikzar todos los métodos disponibles, incluidas las herramientas genéticas y bioinformáticas más avanzadas.

Figurilla de oro procedente de las excavaciones de Rákóczifalva, Hungría. Hallazgo mediante detector de metales en el territorio del cementerio de ávaro (siglo VII d.C.). © Instituto de Ciencias Arqueológicas, Museo Universitario Eötvös Loránd, Budapest, Hungría.

Estudiar comunidades enteras

El conocimiento histórico sobre las poblaciones del período ávaro nos fue transmitido por sus enemigos, principalmente los bizantinos y los francos, por lo que carecemos de información sobre la organización interna de sus clanes. Las mujeres están especialmente infrarrepresentadas en las fuentes históricas, con sólo tres menciones incidentales, por lo que el conocimiento de sus vidas es prácticamente inexistente.

Sabemos que algunos grupos llegaron a Europa desde las estepas del Este de Asia y del Póntico, pero ¿hasta qué punto, si es que se mantuvieron, las tradiciones esteparias se mantuvieron en la sociedad ávar, si es que se mantuvieron? ¿Cómo interactuaron los grupos recién llegados de la zona oriental entre sí y con la población de su nueva patria en Europa? En esencia, ¿cómo cambió su forma de vida con el tiempo en un entorno completamente nuevo después de abandonar las estepas y su forma de vida nómada?

Pendiente de oro hallado en la tumba de un hombre de Rákóczifalva, siglo VII d.C. (Museo János Damjanich, Szolnok)

Dinámica comunitaria

Zuzana Hofmanová (izquierda), perteneciente al Instituto Max Planck y autora principal del estudio, dice: "En cierto modo, el sistema patrilineal y la exogamia existentes muestran que ambos aspectos eran la norma social, si bien era común tener múltiples parejas reproductivas. Varios casos independientes muestran que estas comunidades practicaban las llamadas uniones de levirato. Esta práctica implicaba que individuos varones emparentados (hermanos o padre e hijo) tuvieran descendencia con la misma mujer".

Guido Alberto Gnecchi-Ruscone (derecha), perteneciente, asimismo, al Instituto Max Planck y autor también del estudio, añade: "Estas prácticas, junto con la ausencia de consanguinidad genética, indican que la sociedad mantuvo una memoria detallada de su ascendencia y sabía quiénes eran sus parientes biológicos durante generaciones".

Estas prácticas sociales son consistentes con la evidencia de fuentes históricas y la investigación antropológica sobre las sociedades de la estepa euroasiática. Gracias a la alta resolución proporcionada por los extensos pedigríes y los datos de todo el cementerio, los investigadores también pudieron identificar una clara transición temporal dentro de uno de los sitios analizados. Esto fue revelado por el cambio de una línea paterna a otra y por cambios en los patrones de parentesco distante (la red de parentesco genético, es decir, la red IBD).

Zsófia Rácz (izquierda), arqueóloga de la Universidad Eötvös Loránd (Hungría) y coprimera autora del estudio, dice: "Este reemplazo de la comunidad refleja tanto un cambio arqueológico y dietético que descubrimos dentro del sitio mismo, pero también una transición arqueológica a gran escala que ocurrió en toda la cuenca de los Cárpatos".

Este cambio, probablemente relacionado con cambios políticos en la región, no estuvo acompañado de un cambio de ascendencia y, por lo tanto, habría sido invisible sin el estudio de comunidades enteras.

Dicho hallazgo resalta cómo la continuidad genética a nivel de ascendencia aún puede ocultar reemplazos de comunidades enteras y tiene implicaciones importantes para futuros estudios que comparen la ascendencia genética y los cambios arqueológicos.

Fuentes: Instituto Max Plank | elte.hu | 24 de abril de 2024

La gran ciudad perdida de Cartago en Hispania está en Alicante: los hallazgos que lo demuestran

Construcción de la ciudad de Tossal de Manises. I. Cano MARQ.

A finales del siglo III a.C. un poderoso ejército púnico desembarcó en la península ibérica, conocida siglos atrás por sus preciadas minas. Cartago había sido derrotada en Sicilia por las legiones romanas y necesitaba con urgencia las riquezas de la tierra que se conocía como Ispanya. El avezado general Amílcar Barca dirigió las operaciones. "Habiendo sometido en Iberia muchas ciudades, fundó una gran ciudad llamándola, por el lugar donde estaba situada, Akra Leuké", relató el historiador Diodoro de Sicilia.

Al mando de sus huestes de guerreros, jinetes y elefantes marchó hacia la rebelde ciudad íbera de Heliké. En un confuso combate, Amílcar, herido por una jabalina, fue engullido por las turbulentas aguas de "un gran río" al caer de su caballo. Nunca apareció su cuerpo. Sus hijos Aníbal y Asdrúbal, aún adolescentes, buscaron refugio con los supervivientes tras las murallas de Akra Leuké, que puede traducirse como Ciudadela/Fortaleza Blanca o cabo Blanco. Esta última traducción esconde una de las claves que relacionan el enigmático asentamiento con el yacimiento alicantino de Tossal de Manises.

"Encontrarla no solo repercute en la historiografía española, sino en la historiografía global, y nos integra en el mundo antiguo. Identificarla con el yacimiento de Tossal de Manises no se hace de forma alocada o por intuición, sino a través de datos contundentes. En principio, pensábamos que era una ciudad íbera. Luego algunas evidencias hablaban de alguna participación púnica. Ahora está claro que es una fundación cartaginesa. Puedo decir que me encontré con Akra Leuké sin buscarla", explica a este periódico Manuel Olcina (izquierda), director del Museo de Arqueología de Alicante (MARQ).

En la Antigüedad solían dar nombre a algunas ciudades en función de sus características. En la costa alicantina, las rocas del cabo de la Huerta destacan por su color blanquecino, lo que también explicaría la denominación que dieron los romanos a la zona: Lucentum, que significa lo mismo que Leuke, que además de blanco se puede traducir por "luminosa". Algunos marineros del siglo XVIII mencionan la misma característica sobre el cabo de la Huerta. "Y nunca leyeron a Diodoro", asegura Olcina, que ha dedicado su tesis doctoral a descifrar este interrogante.

Vista aérea de Tossal de Manises. MARQ MARQ.

Arqueología

En la década de 1930, el arqueólogo Figueras Pacheco y su equipo apuntaron que el yacimiento de Tossal de Manises podía ser la buscada Akra Leuké, pero su idea se desestimó y durante décadas se pensó que era una ciudad íbera. Ese asentamiento prerromano se ha ido desvaneciendo desde que Olcina llegó al lugar en los años 90. Sus potentes defensas no podían ser nativas. El yacimiento está rodeado en la actualidad por los edificios del barrio alicantino de la Albufereta, pero hace más de 2.000 años sobre el cerro de Tossal de Manises no había nada.

Al otro lado de la Albufereta existía una ciudad íbera conocida en la actualidad como Tossal de les Basses. En ella se documentó una terracota que representa una embarcación birreme cartaginesa. El lugar, antes de la fundación de Akra Leuké, pudo servir como punto de abastecimiento o de cabotaje. Muestra de ello son las decenas de ánforas cuyo origen se rastrea hasta la Ibiza púnica.

Terracota de la birreme púnica de Tossal de les Basses. Rafael Balbás. MARQ.

Pero a finales del siglo III a.C. los Barca preparaban la siguiente guerra contra el Senado y Pueblo de Roma y necesitaban controlar el lugar de forma mucho más firme construyendo una ciudad. El vacío cerro de Tossal de Manisses, de 2,5 hectáreas, cobró vida. En su interior habitaron menos de 1.000 personas, pero sus casas estuvieron protegidas por grandes antemurallas y murallas orientales construidas con restos de una necrópolis íbera.

"Cuando empecé a investigar teníamos la idea de que era un poblado ibérico del siglo IV a.C. pero las murallas, las cisternas y los materiales de construcción eran púnicos. Además, la cronología no coincidía y se adelantó a finales del siglo III a.C., cuando Amílcar funda Akra Leuké", detalla el director.

Grabado del siglo XIX que muestra a Amílcar obligando a su hijo Aníbal jurar odio eterno a Roma. Rafael Balbás. Wikimedia Commons.

Desde sus grandes torres, sus ballistae estaban abastecidas con proyectiles de roca volcánica enviados desde los arsenales de Cartago Nova. A finales de la segunda guerra púnica, sus disparos devastaron las filas de las legiones que se abalanzaron sobre sus defensas. Al final, las águilas de Roma lograron superar sus murallas y la ciudad fue incendiada y destrizada a finales de la contienda.

"Hay varios estratos con evidencias de incendio y casas derrumbadas producto de un ataque romano sobre el año 209 a.C. en el marco de la conquista. Probablemente un poco después de la toma de Cartago Nova, que era la capital cartaginesa de Iberia", explica Olcina.

Adosada a una de las torres, una de sus viviendas de patio triangular arrasadas contaba con una serie de tuberías de cerámica -desconocidas por los íberos- que canalizaba el agua de la torre hacia una gran cisterna de 4 metros de profundidad. "Este es un tipo de casa que si la trasladas a la propia Cartago no desentonaría en absoluto".

Siglos después, sobre las ruinas púnicas se levantó una pujante ciudad romana. Varias casas cartaginesas destruidas e incendiadas se ocultan bajo las ruinas de su foro. Las últimas investigaciones se centran sobre su complejo de termas, levantadas en época imperial por un liberto llamado Marco Popilio Onyx. En el siglo III d.C. el municipium romano se abandonó por causas desconocidas. Con el cerro convertido en un esqueleto de calles en silencio y ruinas de otro tiempo, Tossal de Manises se transformó en un cementerio islámico entre los siglos VIII y X.

Ortofotografía de la casa de patio triangular. MARQ.

"Un gran río"

La extrema confusión de las fuentes clásicas, enredadas en una densa maraña de contradicciones al narrar las campañas cartaginesas y romanas en Iberia, invitaron a pensar que los yacimientos de Carmona, en Sevilla, y Contrebia Leucade, en La Rioja, podían ser la Akra Leuké de la que escribió Diodoro de Sicilia. Hoy el asunto sigue en debate.

El historiador antiguo solo menciona que Amílcar murió en "un gran río" cerca de la ciudad rebelde de Helike. El romano Tito Livio apunta que su muerte ocurrió en el Ebro, cerca de una ciudad llamada Castrum Altum. Esta contradicción obligó al investigador a volcarse en las fuentes originales escritas en latín y griego.

Pebetero funerario ibérico de la necrópolis de Lucentum.

Después de años de investigación, Olcina sostiene la teoría de que Amílcar nunca llegó a cruzar el Ebro y que este nombre, en algún momento, también sirvió para designar al río Júcar. Por lo tanto, Helike y Castrum Altum serían dos referencias a la misma ciudad, la cual identifica con el yacimiento valenciano de Castellar de Meca, en Ayora, a 100 kilómetros de Tossal de Manises/Akra Leuké.

"Los nombres dobles eran algo relativamente común en la Antigüedad. Reestudié todas las fuentes y ahora se concilian. Si unes las pruebas toponímicas, arqueológicas y esta reinterpretación de las fuentes las piezas encajan", cierra Olcina.

Fuente:elespanol.com | 25 de abril de 2024

Un equipo de arqueología de la Universidad de Kiel descubre un asentamiento de 7.000 años de antigüedad en Serbia

En el yacimiento de Vokány (Hungría), la combinación de métodos estándar, como el muestreo de superficie y las últimas tecnologías geofísicas, proporcionó a los investigadores de la Universidad de Kiel nuevos e importantes conocimientos sobre el Neolítico tardío en el sudeste de Europa.

Junto con socios de cooperación del Museo de Vojvodina en Novi Sad (Serbia), el Museo Nacional Zrenjanin y el Museo Nacional Pančevo, un equipo del Grupo de Excelencia ROOTS ha descubierto un asentamiento del Neolítico tardío, previamente desconocido, cerca del río Tamiš en el noreste de Serbia.

"Este descubrimiento es de extraordinaria importancia, ya que apenas se conocen asentamientos más grandes del Neolítico tardío en la región del Banat serbio", afirma el líder del equipo, el profesor Dr. Martin Furholt,(izquierda), del Instituto de Arqueología Prehistórica y Protohistórica de la Universidad de Kiel.

Elaboración de un estudio geofísico durante la campaña de campo en marzo de 2024.

La geofísica revela una estructura de asentamiento de 13 hectáreas

El asentamiento recién descubierto se encuentra cerca del moderno pueblo de Jarkovac en la provincia de Vojvodina. Con la ayuda de métodos geofísicos, el equipo pudo mapear completamente su extensión en marzo de este año. Cubre una superficie de 11 a 13 hectáreas y está rodeado por seis acequias.

"Un asentamiento de este tamaño es espectacular. Los datos geofísicos también nos dan una idea clara de la estructura del sitio hace 7.000 años", dice el estudiante de doctorado de ROOTS y codirector del equipo Fynn Wilkes (derecha).

Paralelamente a las investigaciones geofísicas, el equipo de investigación germano-serbio también inspeccionó sistemáticamente las superficies de los alrededores en busca de artefactos. Este material de la superficie indica que el asentamiento representa un sitio residencial de la cultura Vinča, que data del 5400 al 4400 a.C.

Sin embargo, también hay fuertes influencias de la cultura regional de Banat. "Esto también es notable, ya que en la actual Serbia sólo se conocen unos pocos asentamientos con material de la cultura Banat", explica Wilkes.

Resultados del estudio geofísico del sitio hasta ahora desconocido de Jarkovac (Serbia). El asentamiento, cuyo material superficial sugiere tanto la cultura Vinča como la cultura Banat (5400-4400 a. C.), tiene una superficie de hasta 13 ha y está rodeado por cuatro a seis fosos. Las anomalías angulares de color negro intenso indican una gran cantidad de casas quemadas.

Investigación de recintos circulares en Hungría

Durante la misma campaña de investigación de dos semanas, el equipo del Clúster de Excelencia también investigó varios elementos circulares del Neolítico tardío en Hungría junto con socios del Museo Janus Pannonius de Pécs. Estos llamados "anillos o redondeles" se atribuyen a la cultura Lengyel (5000/4900–4500/4400 a. C.). Los investigadores también utilizaron tecnologías geofísicas y estudios sistemáticos a pie de los alrededores.

Gracias a la combinación de ambos métodos, los investigadores pudieron diferenciar las eras representadas en cada sitio con mayor claridad que antes. "Esto nos permitió reevaluar algunos de los yacimientos ya conocidos en Hungría. Por ejemplo, los yacimientos que antes se clasificaban como fosos circulares del Neolítico tardío resultaron ser estructuras mucho más recientes", explica la codirectora del equipo Kata Furholt (izquierda), del Instituto de Arqueología prehistórica y protohistórica en la Universidad de Kiel.

Modelo de rueda procedente del yacimiento de Szilvás (Hungría), que puede asignarse a la cultura Vučedol (3000/2900-2500/2400 a. C.).

Nuevos conocimientos sobre la distribución de la riqueza y el conocimiento en el Neolítico

Los aspectos más destacados del breve, pero intensivo, trabajo de campo en Hungría incluyeron la reevaluación de un asentamiento que databa anteriormente del Neolítico tardío, que muy probablemente pertenezca a la cultura Vučedol de la Edad del Cobre tardía y la Edad del Bronce temprana (3000/2900-2500/ 2400 a. C.), así como la documentación completa de una zanja circular del Neolítico tardío en el pueblo de Vokány.

Mapa de los sitios que fueron encuestados como parte de la campaña de primavera de 2024. © Fynn Wilkes, mapa base MDE: © Unión Europea, 1995–2024

"El Sudeste de Europa es una región muy importante para responder a la pregunta de cómo se difundieron los conocimientos y las tecnologías en los primeros periodos de la historia de la humanidad y cómo esto se relacionaba con las desigualdades sociales. Aquí es donde aparecieron por primera vez en Europa nuevas tecnologías y conocimientos, como la metalurgia. Con los sitios recién descubiertos y reclasificados hemos recopilado datos importantes para comprender mejor la desigualdad social y la transferencia de conocimientos", concluye el profesor Martin Furholt.

Los resultados se están incorporando al proyecto interdisciplinario Desigualdad de la riqueza y el conocimiento del Clúster de Excelencia ROOTS, que se centra en estos temas. Los análisis aún están en curso.

Fuente: Universidad de Kiel | 26 de abril de 2024