Descubren la ciudad ibera fundacional del yacimiento de La Alcudia (Elche, Alicante)

Vista aérea del yacimiento de La Alcudia, en Elche (Alicante), uno de los enclaves iberos más importantes del sudeste peninsular. Universidad de Alicante.

El equipo de investigación que desarrolla el proyecto Damas y Héroes. Tras la Ilici ibérica en el yacimiento arqueológico de La Alcudia de la Universidad de Alicante, era conocedor de que el enclave ibérico descubierto era uno de los más destacados del sudeste peninsular.

“Se sabía por la entidad de algunos de los hallazgos encontrados, entre los que destaca sin lugar a duda la escultura de la Dama de Elche. Sin embargo, faltaba dar con los restos arquitectónicos que explicaran la importancia de los grupos ibéricos allí asentados y que nos permitieran conocer cómo era la sociedad del momento”, explica el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Alicante, Alberto Lorrio (izquierda), director del proyecto de investigación junto con el profesor de Historia Antigua de la Universidad de Murcia, Héctor Uroz (derecha).

Las investigaciones llevadas a cabo desde el año 2017 ya habían permitido descubrir la muralla del enclave fundacional del yacimiento íbero (derecha) que se remonta al año 500 a. C., y algunas de las estancias pertenecientes a restos de viviendas del protourbanismo de la ciudad. Una información que en las últimas campañas arqueológicas se ha multiplicado exponencialmente, conociéndose en la actualidad hasta ocho departamentos, algunos pertenecientes a una misma vivienda, que se adosan a la muralla fundacional y que suponen la primera huella conocida de la Illici ibérica, una de las ciudades más destacadas de la Contestania ibérica, que ocupaba un extenso territorio entre las actuales provincias de Alicante, Murcia, Albacete y sur de Valencia.

"El descubrimiento del enclave fundacional de la ciudad íbera de La Alcudia ha permitido dar contexto a las élites ibéricas que encargaron esculturas como la Dama de Elche”, afirma Lorrio quien asegura también que “estos hallazgos poseen muchísimo más valor para el conocimiento del yacimiento en términos históricos y arqueológicos, que el haber encontrado otra escultura de una dama”.

"El enclave descubierto en La Alcudia es la primera metrópoli, la primera gran ciudad ibérica de la Contestania y la más antigua. No existe ninguna más antigua de esta envergadura”, afirma el profesor Uroz.

Una de las características más relevantes es el buen estado de conservación de los restos. La explicación es que “sus habitantes decidieron abandonar esa zona debido a las constantes inundaciones que sufrían y optaron por trasladarse a una zona más alta, no sin antes rellenar el interior de las antiguas viviendas, previamente abandonadas”, relata el catedrático Alberto Lorrio.

Este hecho excepcional ha permitido documentar las técnicas de construcción de los primeros íberos que habitaron La Alcudia con la utilización, en la muralla y en los espacios domésticos, de una arquitectura mixta con zócalos de mampostería y alzados de adobe o de barro amasado, técnica ésta también utilizada para la construcción de otros elementos como bancos o poyetes.

Foto: Trabajos de investigación en la nueva zona descubierta en el yacimiento de La Alcudia.

Los investigadores han encontrado los "elementos arquitectónicos casi en perfecto estado de conservación, mientras que son escasos los hallazgos de recipientes cerámicos o de otros elementos materiales del momento, pues con la remodelación del asentamiento sólo dejaron en el interior de las viviendas los objetos que olvidaron o abandonaron”, señalan los investigadores.

"Los hallazgos, que han sorprendido por su monumentalidad y nivel de conservación, resultan acordes con el poder que debieron tener las élites de la Contestania en su época. Las soluciones arquitectónicas y la envergadura de la muralla, para la que se ha propuesto una altura de al menos cinco metros, responden a un interés por mostrar su poder”, señalan.

Plano alzado del conjunto residencial excavado en el yacimiento de La Alcudia, en Elche. Universidad de Alicante.

"La muralla, como ya se había documentado en pasadas campañas, cuenta con sistemas antisísmicos solo identificados en este yacimiento, lo que supone un conocimiento previo de este tipo de construcciones defensivas y su adaptación al territorio", reseña Lorrio, quién apunta que por sus características y complejidad “esta construcción, así como el urbanismo asociado, responden a un diseño preconcebido y perfectamente planificado, acorde con la importancia del asentamiento”.

“No hay otra zona en La Alcudia donde se haya identificado la última y la primera fase con toda la secuencia intermedia. Aquí encontramos la evolución completa de uno de los yacimientos más importantes de España”, asevera el profesor Uroz.

Equipo de familia de algunos de los participantes en la campaña 2024 del proyecto "Damas y Héroes. Tras la Ilici ibérica" en el yacimiento La Alcudia.

La fase de excavación ya ha finalizado y ahora, con el yacimiento ya cubierto para su protección, los investigadores han iniciado la fase de análisis en el laboratorio de las piezas halladas. En la próxima campaña se ampliará la excavación de las viviendas hacía el interior del poblado, con el fin de obtener una visión completa de las fases ibéricas más antiguas del sector excavado. “Una labor muy compleja pues implica abordar la historia de La Alcudia en sentido inverso, lo que en la zona se traduce en el hallazgo de restos de construcciones, enterramientos y potentes basureros pertenecientes a diferentes épocas, como la tardorromana o la bizantina, como ya ha sucedido en las campañas precedentes en ese mismo sector, en los que se ha llegado a profundizar hasta cuatro metros".

En el proyecto “Damas y Héroes. Tras la Ilici ibérica” participan estudiantes y egresados del Grado de Historia y de los másteres de Arqueología y de Prehistoria (MEPAM) de las universidades de Alicante y Murcia, y cuenta con la financiación del Vicerrectorado de Investigación de la Universidad de Alicante y el apoyo del Ayuntamiento de Elche y la Generalidad Valenciana.

Fuente: Universidad de Alicante | 8 de mayo de 2024

Un nuevo estudio reconstruye el territorio sumergido de Sahul y las primeras rutas de la migración humana hacia Australia

Los científicos han descubierto una masa de tierra perdida (denominada Sahul) frente a la costa de Australia que podría haber sustentado a una población de hasta medio millón de personas. (Crédito de la imagen: Carley Rosengreen/Universidad Griffith)

Una de las historias más extraordinarias de la migración humana se desarrolló hace unos 70.000 años, cuando los humanos cruzaron desde el sudeste asiático hasta la actual Australia, atravesando un paisaje ahora sumergido, denominado Sahul, y convirtiéndose en el primer pueblo en llamar hogar a esa tierra.

Un rico registro arqueológico proporciona amplias evidencias de que esto sucedió. Pero los investigadores llevan mucho tiempo perplejos ante los detalles de esta migración, como la rapidez con la que se produjo semejante viaje y las rutas que tomaron los recién llegados a través del vasto territorio existente.

Ahora, una nueva investigación publicada el 23 de abril en la revista Nature Communications arroja luz sobre algunas posibles respuestas. Curiosamente, también ayuda a identificar posibles sitios arqueológicos no descubiertos donde los investigadores podrían buscar nuevas pruebas al respecto.

La investigación analiza el vasto supercontinente conocido como Sahul, una masa de tierra que quedó expuesta hace unos 70.000 años, durante la época del Pleistoceno, cuando la Tierra se encontraba en medio de la última Edad del Hielo. La glaciación provocó una disminución del nivel del mar que expuso áreas de la plataforma continental sumergida que conecta lo que hoy es Australia continental con Papúa Nueva Guinea en el norte y Tasmania en el sur.

Presencia humana predicha en Sahul hace 35.000 años, combinando puntos de entrada de migración tanto del norte como del sur. Crédito: Tristan Salles/Nature

Los niveles del mar permanecieron bajos durante miles de años seguidos, pero otras condiciones geológicas y ambientales habrían evolucionado durante este período. Por ejemplo, se habrían producido cambios en los patrones de lluvia, cambios en los cursos de los ríos, expansión o reducción de bosques y pastizales y deposición de sedimentos. Todos estos factores habrían influido en las características del terreno y, por tanto, en la forma en que el hombre lo exploraba.

Los investigadores utilizaron esta información para desarrollar un modelo de evolución del paisaje, que simuló el paisaje cambiante de Sahul hace entre 75.000 y 35.000 años. La simulación también incorporó posibles rutas migratorias desde dos lugares del sudeste asiático (Papúa Occidental y la plataforma del mar de Timor), así como sitios arqueológicos repartidos por el paisaje actual.

La plataforma continental hundida Sahul se encuentra frente a la costa norte de Australia. Fotografía de Mangiwau/Getty Images.

La datación de esos sitios ayudó a identificar los períodos en los que la gente se habría movido por esas partes del continente. Finalmente, la simulación incorporó estimaciones de los "patrones de búsqueda de alimento a pie de Lévy", un tipo de movimiento comúnmente utilizado por los cazadores-recolectores para encontrar alimento en paisajes desconocidos, y que también ayudaron a estimar el ritmo de la migración.

"El nuevo modelo de evolución del paisaje permite una descripción más realista de los terrenos y entornos habitados por las primeras comunidades de cazadores-recolectores mientras atravesaban el territorio Sahul", afirma Tristan Salles (izquierda), profesor asociado de la Escuela de Geociencias de la Universidad de Sydney y autor principal del estudio en un comunicado. Los investigadores realizaron miles de simulaciones que exponían las rutas más probables que habrían tomado los humanos, siguiendo las características del paisaje y la disponibilidad de alimentos que podían buscar.

También descubrieron que estas rutas habrían llevado a los recién llegados a lo largo de las costas y directamente a través del interior del continente, siguiendo los cursos de los principales ríos y arroyos que atravesaban el paisaje en ese momento. Los cálculos mostraron que estos intrépidos humanos probablemente atravesaron el paisaje a un ritmo de aproximadamente 1,15 kilómetros por año, lo que, según los expertos, es relativamente rápido. Curiosamente, la simulación mostró una superposición con regiones donde otros analistas han sugerido que los humanos podrían haberse congregado por primera vez en las tierras emergidas de Sahul.

Los resultados de las simulaciones predijeron rutas migratorias que pasarían por 34 de los 40 sitios arqueológicos de más de 35.000 años (los círculos blancos son sitios arqueológicos identificados). Los colores representan el número de movimientos entre círculos consecutivos; el tamaño del círculo se escala en función de la distancia acumulada recorrida por grupos de cazadores-recolectores. Salles et al., Nature (2024)

Al mostrar dónde probablemente se mudaron los primeros habitantes de Australia, el modelo puede incluso proporcionar a los arqueólogos algunas ideas prácticas para su trabajo.

"Hay un resultado particularmente interesante de nuestro mapa que muestra la probabilidad de presencia humana en Sahul", escribieron los autores del estudio en un artículo para The Conversation. "De una manera rentable (sin necesidad de viajar por todo el continente), se podría identificar áreas de importancia arqueológica".

La plataforma emergida Sahul se extendía hasta la isla de Timor. EastWestQuest/Getty Images.

El modelo empleado ayuda a dar cuerpo a la imagen de la vida en el territorio de Sahul, donde investigaciones anteriores han demostrado que hasta medio millón de personas pueden haber vivido alguna vez en su plataforma norte ahora hundida.

"Nuestro estudio es el primero en mostrar el impacto de los cambios del paisaje en la migración inicial en las tierras emergidas de Sahul, proporcionando una nueva perspectiva sobre su arqueología", escribieron los investigadores. "Si utilizáramos este enfoque también en otras regiones, podríamos mejorar nuestra comprensión del extraordinario viaje de la humanidad fuera de África".

Fuente: livescience.com | 9 de mayo de 2024

Descubren una espectacular residencia fortificada de Tutmosis III en el Sinaí

Imagen aérea de los restos de la residencia de Tutmosis III descubierta en la península del Sinaí. Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto.

Tutmosis III, sexto faraón de la dinastía XVIII, gobernó Egipto entre los años 1479 y 1425 a.C. Conocido como el "Napoleón egipcio", este faraón guerrero subió al trono tras la muerte de su tía, la reina Hatshepstut. Durante su reinado, Egipto alcanzó la mayor expansión de toda su historia, conquistando territorios que abarcan desde la actual Siria hasta la cuarta catarata del Nilo, en lo que hoy es Sudán. En pos de esta ambiciosa expansión, el ejército egipcio al mando de Tutmosis III combatió hasta diecisiete veces en tierras asiáticas, entre la península del Sinaí y el río Éufrates.

Un equipo de arqueólogos excava en el yacimiento de Tel el-Hebua en el Sinaí. En la imagen, restos de un ánfora. Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto.

Y ha sido precisamente en el norte del Sinaí, en Tel el-Hebua (Tharo), donde un equipo de arqueólogos egipcio ha descubierto los restos de una construcción, hecha con ladrillos de adobe, que ha sido datada en tiempos de Tutmosis III gracias al hallazgo de dos inscripciones con su nombre.

Sus descubridores creen que pudo haber sido una de las residencias reales situadas en la región oriental de Egipto, como parece confirmar Mohamed Ismail Khaled, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, quien ha señalado en un comunicado que el diseño arquitectónico del edificio hace pensar a los investigadores que, en efecto, podría tratarse de una residencia real, que posteriormente fue fortificada.

Tutmosis III dejó su huella en el templo de Amón en Karnak. Levantó un obelisco (hoy en Roma) y erigió el Akhmenu, el templo dedicado a la celebración del jubileo real. En la imagen, la sala hipóstila, erigida por Ramsés II.

UN EDIFICIO INTRINCADO

Hisham Hussein, director general de Antigüedades del Sinaí y supervisor de la misión arqueológica, ha manifestado que el edificio descubierto consta de dos estancias rectangulares con varias salas anexas. La entrada principal se ubica al norte y conduce a un primer espacio rectangular en el que se han conservado las tres bases de las columnas de piedra caliza que se alzaban en el centro. Este primer espacio se conecta con otro más pequeño y rectangular que tiene dos entradas: una al este y otra al oeste.

La segunda estancia rectangular conduce a dos habitaciones, la primera orientada al este y la segunda, al oeste. Ambas se conectan con este gran espacio a través de entradas opuestas. Hisham Hussein destacó que la misión también ha descubierto los umbrales de piedra de las entradas a las habitaciones, además de un conjunto de pequeños cuartos anexos.

Tablilla de fayenza con el nombre del rey Amosis II, uno de los últimos faraones de la dinastía XXVI.

Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto

YACIMIENTO RICO EN HALLAZGOS

Por su parte, Ramadan Helmy, director del área arqueológica del norte del Sinaí y jefe de la misión, ha hecho hincapié en que "el edificio ha podido datarse gracias a la estratigrafía, por la cerámica descubierta en el exterior del edificio y por el hallazgo de un escarabeo que lleva el nombre del rey Tutmosis III, lo que hace suponer que Tutmosis III pudo haberse alojado aquí durante sus campañas militares en la región".

Los arqueólogos también destacan los hallazgos realizados en el yacimiento en pasadas campañas. Hay que tener en cuenta que desde la dinastías XXI hasta la XXV, este lugar fue empleado como cementerio y en él se descubrió una gran variedad de ánforas usadas para enterramientos infantiles. Además de estos hallazgos también se documentaron algunas tumbas construidas con fragmentos de jambas de puertas y con bloques de piedra que contenían cartuchos reales del Imperio Nuevo (1550-1069 a.C.), unas sepulturas que ahora se han datado en el Tercer Periodo Intermedio (1069-664 a.C.).

Tutmosis III sujeta a sus enemigos por el cabello, a punto de ejecutarlos (Karnak).

En Tel el-Hebua también se descubrieron varios edificios erigidos durante la dinastía XXVI (664-332 a.C.) y depósitos fundacionales relacionados con uno de estos edificios (entre ellos, una tablilla de fayenza con el nombre del rey Amosis II, uno de los últimos faraones de la dinastía XXVI).

Finalmente, el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades ha enfatizado la importancia del descubrimiento del palacio fortificado de Tutmosis III, ya que su excavación revelará información de gran importancia sobre la historia militar del Egipto del Reino Nuevo, especialmente en el Sinaí.

Fuente: nationalgeographic.com.es | 29 de abril de 2024

Experto asiriólogo afirma haber resuelto misterio arqueológico del 700 a.C.

Dibujos de finales del siglo XIX de los símbolos del águila y el toro publicados por el excavador francés Victor Place. Biblioteca pública de Nueva York.

El Dr. Martin Worthington, asiriólogo del Trinity college de Dublín, ha ofrecido una explicación de los símbolos antiguos que aparecen en templos asirios, de 2.700 años de antigüedad, que han desconcertado a los expertos durante más de un siglo.

La secuencia de esos "símbolos misteriosos" estaba a la vista en templos de varios lugares de la antigua ciudad de Dur-Sharrukīn ("la fortaleza de Sargón"), actual Khorsabad, Irak, la cual fue gobernada por Sargón II, rey de Asiria (721–704 a. C.).

Bajorrelieve del palacio de Sargón en Dur Sharrukin (Museo del Louvre). El rey Sargón II (a la derecha) junto a su hijo, el príncipe Senaquerib (a la izquierda).

La secuencia de cinco símbolos (un león, un águila, un toro, una higuera y un arado) se dio a conocer por primera vez en el mundo moderno a través de dibujos publicados por excavadores franceses a finales del siglo XIX. Desde entonces, ha habido una avalancha de ideas sobre lo que podrían significar los mismos.

Se los ha comparado con los jeroglíficos egipcios, entendidos como reflejos del poder imperial y se sospecha que representan el nombre del rey, pero ¿cómo?

El Dr. Martin Worthington (izquierda), de la Escuela de Lenguas, Literaturas y Estudios Culturales del Trinity College, propuso una nueva solución en un artículo publicado en el Bulletin of the American Schools of Oriental Research.

En él sostiene que las palabras asirias para los cinco símbolos (león, águila, toro, higuera y arado) contienen, en la secuencia correcta, los sonidos que explican la forma asiria del nombre "Sargón" (šargīnu).

A veces, en el mismo yacimiento arqueológico se utiliza sólo tres de los símbolos (león, árbol, arado), que, según el Dr. Worthington, describen nuevamente el nombre "Sargón", siguiendo principios similares.

Dibujos de finales del siglo XIX del árbol y los símbolos del arado publicados por el excavador francés Victor Place. Biblioteca pública de Nueva York.

El Dr. Worthington comentó: "El estudio de lenguas y culturas antiguas está lleno de acertijos de todas las formas y tamaños, pero no es frecuente en el antiguo Cercano Oriente que uno se enfrente a símbolos misteriosos en la pared de un templo".

Además, según el Dr. Worthington, cada uno de los cinco símbolos también puede entenderse como una constelación. Así, el león representa a Leo y el águila a Aquila (nuestras propias constelaciones son heredadas en gran medida de Mesopotamia, a través de los griegos, por lo que muchas de ellas son iguales). La higuera sustituye a la constelación "la Mandíbula", difícil de ilustrar (que no tenemos hoy), sobre la base de que iṣu "árbol" suena similar a isu "mandíbula".

"El efecto de los cinco símbolos fue colocar el nombre de Sargón en los cielos, para toda la eternidad, una forma inteligente de hacer inmortal el nombre del rey. Y, por supuesto, la idea de individuos grandilocuentes que escriben su nombre en los edificios no es exclusiva de antigua Asiria", dice el Dr. Worthington.

Dibujos del símbolo del león de finales del siglo XIX publicados por el excavador francés Víctor Place. Biblioteca pública de Nueva York.

La antigua Mesopotamia, o el Iraq moderno y las regiones vecinas, fue el hogar de babilonios, asirios, sumerios y otros, y hoy en día se investiga a partir de escritos cuneiformes, que sobreviven en abundancia. De hecho, la escritura probablemente se inventó allí alrededor del 3400 a.C. Así pues, aunque los eruditos de Sargón no se hubieran dado cuenta de ello, al idear nuevos símbolos escritos se estaban haciendo eco de la historia mesopotámica de más de mil años antes.

El Dr. Worthington explicó: "No puedo probar mi teoría, pero el hecho de que funcione tanto para la secuencia de cinco símbolos como para la secuencia de tres símbolos, y que los símbolos también puedan entenderse como constelaciones culturalmente apropiadas, me parece muy interesante". Las probabilidades de que todo esto no sea casualidad son (perdón por el juego de palabras) astronómicas.

El Dr. Worthington se ha especializado en los idiomas y civilizaciones de la antigua Mesopotamia, incluidas las de los babilonios, asirios y sumerios.

Representación de Sargón II en la puerta 'Z'. Biblioteca pública de Nueva York

"Esta región del mundo, que incluye el actual Irak y partes de Irán, Turquía y Siria, a menudo se conoce como la "cuna de la civilización". Es donde nacieron ciudades e imperios, y su historia es una gran parte de la historia humana.

Debido a la costumbre mesopotámica de contar en sesenta, hoy tenemos 60 minutos en una hora, y se dice que Abraham (una figura central en tres de las principales religiones del mundo) vino de la ciudad mesopotámica de Ur.

"Resolver acertijos, o intentar hacerlo, es una parte especialmente divertida", dice el Dr. Worthington, "pero los estudios mesopotámicos en general tienen el objetivo más amplio de comprender la complejidad y diversidad de una gran parte de las sociedades humanas y los logros culturales".

Recreación de la puerta 'Z' del templo de Sin (símbolos a ambos lados de la puerta) en Khorsabad. Biblioteca pública de Nueva York

Fuente: Trinity College de Dublín | 3 de mayo de 2024

Un excepcional hallazgo revela que Córdoba era el mayor centro productivo de plomo de la Antigüedad

Lingotes 1, 2 y 3. Fotogrametría. Vistas longitudinales, frontales y secciones. (©Proyecto MEI-Heritage UCO)

En época romana, los metales, arrancados de la tierra por fatigados mineros, eran transformados en lingotes para facilitar su almacenamiento y distribución. La gran mayoría se ha encontrado en las entrañas de olvidadas embarcaciones que naufragaron durante su transporte por el Mediterráneo antes de llegar a su destino. Muy pocos se han documentado cerca de sus mercados, como los localizados en Pompeya y Herculano.

Por ello, hallar lingotes en su mismo centro de producción es algo muy poco frecuente, pero que ha ocurrido en el yacimiento cordobés de los Escoriales, cerca de la aldea de Doña Rama. Estos tres lingotes, inéditos hasta ahora, manifiestan la importancia productora y exportadora de plomo del norte de Córdoba y demuestran que la zona fue el principal polo de fundición de este metal en el antiguo occidente mediterráneo.

Según el último estudio dirigido por Antonio Monterroso, arqueólogo e investigador de la Universidad de Córdoba, publicado en la revista Journal of Roman Archaeology, estos lingotes miden cerca de 45 centímetros de largo, su peso varía entre los 24 y 32 kilogramos y tienen una forma triangular.

Yacimiento de Los Escoriales de Doña Rama-Bélmez sobre ortofoto. (©PNOA-Actual).

El plomo

El plomo era un material muy valorado en el mundo romano, ya que con él que se fabricaron gran cantidad de objetos de uso diario como cucharas o tejas, además de ser usado en las tuberías y canalizaciones de agua. El análisis de la composición química y de los isótopos estables de estas piezas ha permitido desvelar tanto que estaban desplatados como que el mineral con el que se fabricaron era originario del distrito de Fuente Obejuna-Azuaga, un centro de gran actividad extractiva en la época y al que pertenece al yacimiento de Doña Rama, donde se han encontrado los lingotes.


(a), (b), (c) y (d) Construcciones en ladera situadas en el sector a monte del yacimiento; (e) y (f) Sector inferior del yacimiento situado en llano. (©Proyecto MEI-Heritage UCO).

Es decir, las tres piezas tenían un origen común. El hecho de que los lingotes se encontraran en la misma zona en la que se habían fabricado es "un caso excepcional y cuyo motivo se desconoce", según se recoge en una nota de prensa distribuida por la Universidad de Córdoba.

"Esta información inserta a estas comarcas del norte de Córdoba en las redes principales de producción metalúrgica, económica y comercial de la Antigüedad en el Mediterráneo", explica Antonio Monterroso.

Marcas de la 'Societas Sisaponensis' en los lingotes. Universidad de Cambridge.

Societas Sisaponensis

Estas piezas, fechadas en el siglo I d.C. fueron grabadas con dos letras "S" que las identificaban y permiten conocer una parte de su historia. Dichas iniciales hacen referencia a la Societas Sisaponensis, una empresa privada que explotaba varias minas de Hispania con el beneplácito de la Urbs y cuyo origen se sitúa en la antigua ciudad de Sisapo (Ciudad Real) alrededor del siglo I a.C.

Esta empresa, citada en una de las cartas de Cicerón, era conocida en Roma por centrar gran parte de su actividad en el Valle de Alcudia, en la moderna provincia de Ciudad Real, donde extraían el minum, el cinabrio. "Este mineral es un sulfuro de mercurio de color rojizo del que se obtenía el conocido pigmento 'rojo pompeyano' y se podía extraer el mercurio", explican los investigadores en su artículo.

Coto minero Montes 'Societatis Sisaponensis' al norte de Córdoba y su vía de servidumbre en relación al recorrido de la via Corduba-Emerita/Corduba-Sisapo. (©Proyecto MEI-Heritage UCO).

Sin embargo, el Valle de Alcudia y el yacimiento de los Escoriales están separados por 70 kilómetros, motivo por el que los investigadores creen que una de sus sedes principales se situó en la antigua Corduba, capital de la Hispania Ulterior en época republicana y de la provincia de Bética ya en tiempos imperiales. Esta presencia en zonas tan alejadas daría muestras de la poderosa logística de recursos y personas que esta Societas era capaz de desplegar.

Aún quedan muchas preguntas sin responder en el yacimiento de Doña Rama, que se piensa sería un poblado minero que contaría con una fundición, una zona de procesado y, posiblemente, un recinto fortificado. No obstante, según matiza Monterroso, "todo está por investigar".

Fuente: elespanol.com | Universidad de Córdoba | 7 de mayo de 2024

Los primeros indígenas que entraron en América del Norte llegaron desde Siberia en cuatro oleadas diferentes

Foto: Los primeros humanos que llegaron a América pudieron haberlo hecho alrededor del Último Máximo Glacial, la parte más fría de la última Edad del Hielo (hace entre unos 24.000 años ). (Crédito de la imagen: Karen Carr/Servicio de Parques Nacionales).

Los pueblos indígenas entraron en América del Norte al menos cuatro veces hace entre hace 24.000 y 12.000 años, trayendo consigo sus lenguas, indica un nuevo modelo lingüístico. Dicho modelo se correlaciona con datos arqueológicos, climatológicos y genéticos, lo que respalda la idea de que las poblaciones a principios de América del Norte eran dinámicas y diversas.

Casi la mitad de las familias lingüísticas del mundo se encuentran en las Américas. Aunque ahora se cree que muchos de ellas están extintas, el análisis de la lingüística histórica puede estudiar y comparar lenguas vivas y rastrearlas en el tiempo para comprender mejor los grupos que poblaron por primera vez el continente americano.

En un estudio publicado en American Journal of Biological Anthropology, Johanna Nichols (izquierda), especialista en lenguas históricas de la Universidad de California Berkeley, ha analizado las características estructurales de 60 lenguas de todo Estados Unidos y Canadá, lo cual ha revelado que provienen de dos grupos lingüísticos principales que entraron en América del Norte en al menos cuatro oleadas distintas.

Nichols examinó 16 características de estos idiomas, incluida la estructura de las sílabas, el género de los sustantivos y la forma en que se producen las consonantes al hablar. Los idiomas se dividen en dos grupos principales: uno temprano donde el pronombre de primera persona tiene un sonido "n" mientras que el pronombre de segunda persona tiene un sonido "m", y un grupo posterior con idiomas que incorporan la información de una oración en solo una palabra.

Lucy Thompson, autora yurok que recopiló expresiones de su cultura.

Un análisis lingüístico más detallado indicó que la gente llegó a América en cuatro oleadas distintas. El primero ocurrió hace unos 24.000 años, cuando enormes glaciares cubrieron gran parte de América del Norte. Nichols no encontró características lingüísticas únicas, lo que sugiere que un conjunto diverso de personas y lenguas ingresaron en América del Norte en ese momento. Una segunda ola de personas hace unos 15.000 años trajo lenguas con pronombres nm, mientras que una tercera ola, 1.000 años después, trajo lenguas con consonantes simples. Una cuarta ola, hace unos 12.000 años, trajo consigo consonantes complejas.

Hasta hace relativamente poco tiempo, los investigadores asumían que los pueblos indígenas llegaron por primera vez a América a través de un puente terrestre desde Siberia hace unos 13.000 años. Pero el estudio previo de Nichols sobre los datos lingüísticos la convenció de que este no era tiempo suficiente para que se desarrollaran las casi 200 lenguas indígenas americanas; en cambio, propuso que las personas llegaron por primera vez hace más de 35.000 años.

Desde entonces, un creciente cuerpo de investigaciones arqueológicas, geológicas, climatológicas y genéticas ha hecho retroceder las fechas de las primeras llegadas de indígenas a América del Norte, con un nuevo consenso de que, en algún momento hace entre 30.000 y 25.000 años, varias oleadas de personas llegaron a este subcontinente.

"Agregar estudios lingüísticos a este trabajo significa que los cuatro campos se confirman entre sí", dijo Nichols. "Ahora creo que la interpretación es muy sólida".

Andrew Cowell (izquierda), antropólogo lingüístico de la Universidad de Colorado Boulder, que no participó en el estudio, dijo a livescience.com, en un correo electrónico, que "el estudio de Nichols es interesante porque "os datos lingüísticos refuerzan el creciente reconocimiento en otros campos de que América del Norte estuvo poblada mucho antes de lo que se suponía durante muchas décadas".

Sin embargo, Cowell seña que "el análisis estadístico del estudio muestra que dos idiomas, el yurok y arapajó, se clasifican de manera muy diferente, si bien se sabe que los dos idiomas están relacionados genéticamente como parte de la superfamilia de lenguas álgicas". (El yurok se hablaba en el extremo norte de California, mientras que el arapajó se hablaba en Wyoming y Oklahoma).

"Además, los idiomas pueden verse fuertemente influenciados por sus vecinos, lo que puede desdibujar la forma en que estaban relacionados originalmente", añade Cowell.

Si bien este nuevo estudio presenta un modelo de cómo las lenguas entraron y evolucionaron en América del Norte, no habla sobre sus orígenes, los cuales aún se desconocen.

Campamento Arapajó, ca. 1870.

"Es probable que las personas que se mudaron a América del Norte dejaran parientes en Asia", advierte Nichols, "y es posible que algunas de esas lenguas sobrevivan y hayan permanecido en Siberia".

"Ahora bien, los límites del método comparativo lingüístico significan que es posible que nunca lo sepamos con certeza", concluye Nichols.

Fuente: livescience.com| 3 de mayo de 2024

Stonehenge puede haberse alineado tanto con la luna como con el sol

Cuando se trata de su conexión con el cielo, Stonehenge es mejor conocido por sus alineaciones solares. Cada noche de verano, decenas de miles de personas se reúnen en Stonehenge para celebrar y presenciar la salida del sol alineada con la piedra del Talón que se encuentra fuera del círculo. Seis meses después, una multitud más pequeña se congrega alrededor de la piedra del Talón para presenciar la puesta del sol en pleno invierno dentro del círculo de piedras.

Pero desde hace 60 años existe la hipótesis de que parte de Stonehenge también se alinea con la salida y la puesta de la luna en lo que se llama una parada lunar importante. Aunque desde hace varias décadas se conoce la correlación entre la disposición de ciertas piedras y la gran parada lunar, nadie ha observado ni registrado sistemáticamente este fenómeno en Stonehenge.

Esto es lo que pretendemos hacer en un proyecto que reúne a arqueólogos, astrónomos y fotógrafos de las universidades English Heritage, Oxford, Leicester y Bournemouth, así como a la Royal Astronomical Society.

Actualmente existe abundante evidencia arqueológica que indica que la alineación solar fue parte del diseño arquitectónico de Stonehenge. Alrededor del año 2500 a. C., las personas que colocaron las grandes piedras y cavaron una avenida en la tiza parecían querer añadir el eje del solsticio en la arquitectura de Stonehenge.

Stonehenge es famoso por su alineación con el sol, pero es posible que el antiguo monumento también haya sido cuidadosamente diseñado para alinearse con los movimientos de la luna.

La evidencia arqueológica de los cercanos Muros de Durrington, el lugar donde los científicos creen que se asentaban las antiguas gentes que visitaban Stonehenge, indica que, de los dos solsticios, fue el de pleno invierno el que atrajo a mayor multitud.

Pero Stonehenge incluye otros elementos, como 56 pozos dispuestos en círculo, un banco de tierra y una zanja, y otros elementos más pequeños, como las cuatro Piedras de la Estación. Se trata de cuatro piedras sarsen, una forma de arenisca silicificada común en Wiltshire, las cuales fueron cuidadosamente colocadas para formar un rectángulo casi exacto que abarca el círculo de piedras.

Sólo dos de estas piedras todavía están allí, y palidecen en comparación con sus contrapartes más grandes, ya que tienen menor altura. Entonces, ¿Cuál podría ser su propósito?

Sólo quedan dos de las 'Piedras de la Estación'. Explorador de drones/Shutterstock.

Parada lunar

El rectángulo que forman no es un rectángulo cualquiera. Los lados más cortos son paralelos al eje principal del círculo de piedras y esto puede ser una pista sobre su propósito. Los lados más largos del rectángulo bordean el exterior del círculo de piedras.

Son estos lados más largos los que se cree que se alinean con la principal parada lunar. Si marcaras la posición de salida (o puesta) de la luna a lo largo de un mes, verías que se mueve entre dos puntos en el horizonte. Estos límites sur y norte de salida (o puesta) de la luna cambian en un ciclo de 18,6 años entre un rango mínimo y máximo: las llamadas paradas lunares menores y mayores, respectivamente.

La principal parada lunar es un período de aproximadamente un año y medio a dos años en el que las salidas (o puestas) de la luna más al norte y más al sur están más alejadas. Cuando esto sucede, la luna sale (y se pone) fuera del rango de salidas y puestas, lo que puede haber imbuido de significado y trascendencia a este fenómeno celestial.

El rango de posiciones de salida de la luna en el horizonte durante paradas lunares menores y mayores. Fabio Silva, CC BY-NC

La evidencia más sólida que tenemos de personas que marcaron la mayor parada lunar proviene del suroeste de EE. UU. El Monumento Nacional de Chimney Rock, un complejo de varios niveles construido por los ancestros del denominado Pueblo II (900-1150 d.C.), en el Bosque Nacional de San Juan, Colorado, hace más de 1.000 años.

Se encuentra sobre una cresta que termina en una formación natural de pilares rocosos gemelos, un área que tiene importancia cultural para más de 26 naciones tribales nativas americanas. Desde el punto de vista de la Gran Casa de Chimney Rock, el sol nunca saldrá por el espacio entre los dos pilares.

Sin embargo, durante una parada importante, la Luna se eleva entre ellos de una manera impresionante. Las excavaciones desenterraron madera preservada, lo que permitió a los investigadores fechar los episodios del año de construcción del Monumento Nacional de Chimney Rock (derecha).

De seis fechas de corte, cuatro corresponden a años de parada lunar importante, entre los años 1018 y 1093 d. C., lo que indica que el sitio fue renovado, mantenido o ampliado en paradas importantes consecutivas.

Volviendo al sur de Inglaterra, los arqueólogos creen que existe una conexión entre la principal parada lunar y la primera fase de construcción de Stonehenge (3000-2500 a. C.), antes de que se trajeran las piedras sarsen.

Varios conjuntos de restos humanos cremados de esta fase de construcción fueron encontrados en la parte sureste del monumento en la dirección general de la salida de la luna principal más al sur, donde también se colocaron tres postes de madera en el banco. Es posible que existiera una conexión temprana entre el sitio de Stonehenge y la luna, que luego se enfatizó cuando se construyó el rectángulo de Piedra de la Estación.

Sin embargo, la hipótesis de la gran parada lunar plantea más preguntas de las que puede responder. No sabemos si las alineaciones lunares de las Piedras de la Estación eran simbólicas o si la gente debía observar la luna a través de ellas. Tampoco sabemos qué fases de la luna serían más espectaculares de presenciar.

Las Piedras de la Estación son elementos del monumento prehistórico de Stonehenge. Originalmente había cuatro piedras, parecidas a las cuatro esquinas de un rectángulo. En la foto, Station Stone 'S93' en la esquina suroeste del Station Stone Rectángulo

Una búsqueda de respuestas

En nuestro próximo trabajo, intentaremos responder las preguntas que plantea la hipótesis de la gran parada lunar. No está claro si la luna habría sido lo suficientemente fuerte como para proyectar sombras y cómo habrían interactuado con las otras piedras. También tendremos que comprobar si las alineaciones todavía se pueden ver hoy en día o si están bloqueadas por bosques, tráfico y otras características.

La luna se alineará con el rectángulo de la Piedra de la Estación dos veces al mes desde aproximadamente febrero de 2024 hasta noviembre de 2025, lo que nos brindará muchas oportunidades para observar este fenómeno en diferentes estaciones y fases de la luna.

La parada lunar importante, que ocurre solo una vez cada 18,6 años, se produce cuando la salida y la puesta de la Luna están más alejadas a lo largo del horizonte, vistas desde la Tierra.

Para dar vida a nuestra investigación, English Heritage transmitirá en vivo la salida de la luna más al sur en junio de 2024 y organizará una serie de eventos durante todo el año que incluyen charlas, un planetario emergente, observación de estrellas y sesiones de narración de cuentos.

Al otro lado del Atlántico, nuestros socios del Servicio Forestal de EE. UU. están desarrollando materiales educativos sobre la principal parada lunar en el Monumento Nacional Chimney Rock. Esta colaboración dará como resultado eventos que mostrarán y debatirán las alineaciones lunares tanto en Stonehenge como en Chimney Rock.

Fuente: theconversation.com | dailymail.co.uk | 19 de abril de 2024