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Un nuevo estudio reconstruye el territorio sumergido de Sahul y las primeras rutas de la migración humana hacia Australia

Los científicos han descubierto una masa de tierra perdida (denominada Sahul) frente a la costa de Australia que podría haber sustentado a una población de hasta medio millón de personas. (Crédito de la imagen: Carley Rosengreen/Universidad Griffith)

Una de las historias más extraordinarias de la migración humana se desarrolló hace unos 70.000 años, cuando los humanos cruzaron desde el sudeste asiático hasta la actual Australia, atravesando un paisaje ahora sumergido, denominado Sahul, y convirtiéndose en el primer pueblo en llamar hogar a esa tierra.

Un rico registro arqueológico proporciona amplias evidencias de que esto sucedió. Pero los investigadores llevan mucho tiempo perplejos ante los detalles de esta migración, como la rapidez con la que se produjo semejante viaje y las rutas que tomaron los recién llegados a través del vasto territorio existente.

Ahora, una nueva investigación publicada el 23 de abril en la revista Nature Communications arroja luz sobre algunas posibles respuestas. Curiosamente, también ayuda a identificar posibles sitios arqueológicos no descubiertos donde los investigadores podrían buscar nuevas pruebas al respecto.

La investigación analiza el vasto supercontinente conocido como Sahul, una masa de tierra que quedó expuesta hace unos 70.000 años, durante la época del Pleistoceno, cuando la Tierra se encontraba en medio de la última Edad del Hielo. La glaciación provocó una disminución del nivel del mar que expuso áreas de la plataforma continental sumergida que conecta lo que hoy es Australia continental con Papúa Nueva Guinea en el norte y Tasmania en el sur.

Presencia humana predicha en Sahul hace 35.000 años, combinando puntos de entrada de migración tanto del norte como del sur. Crédito: Tristan Salles/Nature

Los niveles del mar permanecieron bajos durante miles de años seguidos, pero otras condiciones geológicas y ambientales habrían evolucionado durante este período. Por ejemplo, se habrían producido cambios en los patrones de lluvia, cambios en los cursos de los ríos, expansión o reducción de bosques y pastizales y deposición de sedimentos. Todos estos factores habrían influido en las características del terreno y, por tanto, en la forma en que el hombre lo exploraba.

Los investigadores utilizaron esta información para desarrollar un modelo de evolución del paisaje, que simuló el paisaje cambiante de Sahul hace entre 75.000 y 35.000 años. La simulación también incorporó posibles rutas migratorias desde dos lugares del sudeste asiático (Papúa Occidental y la plataforma del mar de Timor), así como sitios arqueológicos repartidos por el paisaje actual.

La plataforma continental hundida Sahul se encuentra frente a la costa norte de Australia. Fotografía de Mangiwau/Getty Images.

La datación de esos sitios ayudó a identificar los períodos en los que la gente se habría movido por esas partes del continente. Finalmente, la simulación incorporó estimaciones de los "patrones de búsqueda de alimento a pie de Lévy", un tipo de movimiento comúnmente utilizado por los cazadores-recolectores para encontrar alimento en paisajes desconocidos, y que también ayudaron a estimar el ritmo de la migración.

"El nuevo modelo de evolución del paisaje permite una descripción más realista de los terrenos y entornos habitados por las primeras comunidades de cazadores-recolectores mientras atravesaban el territorio Sahul", afirma Tristan Salles (izquierda), profesor asociado de la Escuela de Geociencias de la Universidad de Sydney y autor principal del estudio en un comunicado. Los investigadores realizaron miles de simulaciones que exponían las rutas más probables que habrían tomado los humanos, siguiendo las características del paisaje y la disponibilidad de alimentos que podían buscar.

También descubrieron que estas rutas habrían llevado a los recién llegados a lo largo de las costas y directamente a través del interior del continente, siguiendo los cursos de los principales ríos y arroyos que atravesaban el paisaje en ese momento. Los cálculos mostraron que estos intrépidos humanos probablemente atravesaron el paisaje a un ritmo de aproximadamente 1,15 kilómetros por año, lo que, según los expertos, es relativamente rápido. Curiosamente, la simulación mostró una superposición con regiones donde otros analistas han sugerido que los humanos podrían haberse congregado por primera vez en las tierras emergidas de Sahul.

Los resultados de las simulaciones predijeron rutas migratorias que pasarían por 34 de los 40 sitios arqueológicos de más de 35.000 años (los círculos blancos son sitios arqueológicos identificados). Los colores representan el número de movimientos entre círculos consecutivos; el tamaño del círculo se escala en función de la distancia acumulada recorrida por grupos de cazadores-recolectores. Salles et al., Nature (2024)

Al mostrar dónde probablemente se mudaron los primeros habitantes de Australia, el modelo puede incluso proporcionar a los arqueólogos algunas ideas prácticas para su trabajo.

"Hay un resultado particularmente interesante de nuestro mapa que muestra la probabilidad de presencia humana en Sahul", escribieron los autores del estudio en un artículo para The Conversation. "De una manera rentable (sin necesidad de viajar por todo el continente), se podría identificar áreas de importancia arqueológica".

La plataforma emergida Sahul se extendía hasta la isla de Timor. EastWestQuest/Getty Images.

El modelo empleado ayuda a dar cuerpo a la imagen de la vida en el territorio de Sahul, donde investigaciones anteriores han demostrado que hasta medio millón de personas pueden haber vivido alguna vez en su plataforma norte ahora hundida.

"Nuestro estudio es el primero en mostrar el impacto de los cambios del paisaje en la migración inicial en las tierras emergidas de Sahul, proporcionando una nueva perspectiva sobre su arqueología", escribieron los investigadores. "Si utilizáramos este enfoque también en otras regiones, podríamos mejorar nuestra comprensión del extraordinario viaje de la humanidad fuera de África".

Fuente: livescience.com | 9 de mayo de 2024

Los primeros indígenas que entraron en América del Norte llegaron desde Siberia en cuatro oleadas diferentes

Foto: Los primeros humanos que llegaron a América pudieron haberlo hecho alrededor del Último Máximo Glacial, la parte más fría de la última Edad del Hielo (hace entre unos 24.000 años ). (Crédito de la imagen: Karen Carr/Servicio de Parques Nacionales).

Los pueblos indígenas entraron en América del Norte al menos cuatro veces hace entre hace 24.000 y 12.000 años, trayendo consigo sus lenguas, indica un nuevo modelo lingüístico. Dicho modelo se correlaciona con datos arqueológicos, climatológicos y genéticos, lo que respalda la idea de que las poblaciones a principios de América del Norte eran dinámicas y diversas.

Casi la mitad de las familias lingüísticas del mundo se encuentran en las Américas. Aunque ahora se cree que muchos de ellas están extintas, el análisis de la lingüística histórica puede estudiar y comparar lenguas vivas y rastrearlas en el tiempo para comprender mejor los grupos que poblaron por primera vez el continente americano.

En un estudio publicado en American Journal of Biological Anthropology, Johanna Nichols (izquierda), especialista en lenguas históricas de la Universidad de California Berkeley, ha analizado las características estructurales de 60 lenguas de todo Estados Unidos y Canadá, lo cual ha revelado que provienen de dos grupos lingüísticos principales que entraron en América del Norte en al menos cuatro oleadas distintas.

Nichols examinó 16 características de estos idiomas, incluida la estructura de las sílabas, el género de los sustantivos y la forma en que se producen las consonantes al hablar. Los idiomas se dividen en dos grupos principales: uno temprano donde el pronombre de primera persona tiene un sonido "n" mientras que el pronombre de segunda persona tiene un sonido "m", y un grupo posterior con idiomas que incorporan la información de una oración en solo una palabra.

Lucy Thompson, autora yurok que recopiló expresiones de su cultura.

Un análisis lingüístico más detallado indicó que la gente llegó a América en cuatro oleadas distintas. El primero ocurrió hace unos 24.000 años, cuando enormes glaciares cubrieron gran parte de América del Norte. Nichols no encontró características lingüísticas únicas, lo que sugiere que un conjunto diverso de personas y lenguas ingresaron en América del Norte en ese momento. Una segunda ola de personas hace unos 15.000 años trajo lenguas con pronombres nm, mientras que una tercera ola, 1.000 años después, trajo lenguas con consonantes simples. Una cuarta ola, hace unos 12.000 años, trajo consigo consonantes complejas.

Hasta hace relativamente poco tiempo, los investigadores asumían que los pueblos indígenas llegaron por primera vez a América a través de un puente terrestre desde Siberia hace unos 13.000 años. Pero el estudio previo de Nichols sobre los datos lingüísticos la convenció de que este no era tiempo suficiente para que se desarrollaran las casi 200 lenguas indígenas americanas; en cambio, propuso que las personas llegaron por primera vez hace más de 35.000 años.

Desde entonces, un creciente cuerpo de investigaciones arqueológicas, geológicas, climatológicas y genéticas ha hecho retroceder las fechas de las primeras llegadas de indígenas a América del Norte, con un nuevo consenso de que, en algún momento hace entre 30.000 y 25.000 años, varias oleadas de personas llegaron a este subcontinente.

"Agregar estudios lingüísticos a este trabajo significa que los cuatro campos se confirman entre sí", dijo Nichols. "Ahora creo que la interpretación es muy sólida".

Andrew Cowell (izquierda), antropólogo lingüístico de la Universidad de Colorado Boulder, que no participó en el estudio, dijo a livescience.com, en un correo electrónico, que "el estudio de Nichols es interesante porque "os datos lingüísticos refuerzan el creciente reconocimiento en otros campos de que América del Norte estuvo poblada mucho antes de lo que se suponía durante muchas décadas".

Sin embargo, Cowell seña que "el análisis estadístico del estudio muestra que dos idiomas, el yurok y arapajó, se clasifican de manera muy diferente, si bien se sabe que los dos idiomas están relacionados genéticamente como parte de la superfamilia de lenguas álgicas". (El yurok se hablaba en el extremo norte de California, mientras que el arapajó se hablaba en Wyoming y Oklahoma).

"Además, los idiomas pueden verse fuertemente influenciados por sus vecinos, lo que puede desdibujar la forma en que estaban relacionados originalmente", añade Cowell.

Si bien este nuevo estudio presenta un modelo de cómo las lenguas entraron y evolucionaron en América del Norte, no habla sobre sus orígenes, los cuales aún se desconocen.

Campamento Arapajó, ca. 1870.

"Es probable que las personas que se mudaron a América del Norte dejaran parientes en Asia", advierte Nichols, "y es posible que algunas de esas lenguas sobrevivan y hayan permanecido en Siberia".

"Ahora bien, los límites del método comparativo lingüístico significan que es posible que nunca lo sepamos con certeza", concluye Nichols.

Fuente: livescience.com| 3 de mayo de 2024

Los cazadores-recolectores del norte de África, de hace 15.000 años, consumían también una gran cantidad de vegetales

Diente humano de la cueva de Taforalt en Marruecos, que muestra desgaste severo y caries. © Heiko Temming.

Durante mucho tiempo se pensó que la carne desempeñaba un papel importante en la dieta de los cazadores-recolectores antes de la transición neolítica. Sin embargo, debido a la escasez de restos humanos bien conservados de yacimientos paleolíticos, existe poca información sobre los hábitos alimentarios de los grupos humanos preagrícolas.

Un nuevo estudio, publicado en Nature Ecology & Evolution, desafía esta noción al presentar pruebas isotópicas convincentes de una fuerte preferencia por los vegetales entre los cazadores-recolectores de Marruecos de hace 15.000 años de antigüedad. Esta es la primera vez que se mide una cantidad significativa del consumo de plantas en una población preagrícola, lo que arroja nueva luz sobre las prácticas dietéticas de las sociedades humanas antiguas.

Realizado por un equipo internacional de científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Leipzig, Alemania), Géoscience et Environnement Toulouse (Toulouse, Francia) y el Institut National des Sciences de l'Archéologie et du Patrimoine (Rabat, Marruecos), el estudio examina la dieta de individuos asociados a la cultura iberomauritana descubierta en la cueva de Taforalt, Marruecos.

Ubicación del yacimiento de Taforalt en Marruecos y del resto de yacimientos mencionados en el trabajo de investigación. Los círculos indican yacimientos iberomaurusianos, los cuadrados indican yacimientos del Paleolítico superior europeo, el triángulo indica el yacimiento natufiense y la estrella indica el yacimiento neolítico en Levante.

Mediante el planteamiento de un enfoque multiisotópico integral, que incluye análisis de isótopos de zinc y estroncio en el esmalte dental, análisis de carbono, nitrógeno y azufre en el colágeno, así como análisis de aminoácidos de restos humanos y de fauna, los investigadores descubrieron conocimientos sorprendentes sobre las prácticas dietéticas antiguas.

Las principales conclusiones del estudio muestran claramente que la dieta de estos cazadores-recolectores incluía una proporción significativa vegetales pertenecientes a especies mediterráneas, anteriores a la llegada de la agricultura en la región en varios milenios. Los restos arqueobotánicos encontrados en el sitio, como bellotas, piñones y legumbres silvestres, respaldan aún más esta idea. Además, el estudio sugiere que los alimentos vegetales también se introdujeron en las dietas infantiles y pueden haber servido como productos de destete para esta población humana. Este hallazgo tiene implicaciones significativas, ya que sugiere el potencial de prácticas de destete más tempranas en comunidades preagrícolas en comparación con las normas previamente pensadas para las sociedades de cazadores-recolectores.

Vista interior de la Cueva de Taforalt en Marruecos. © Abdeljalil Bouzouggar.

Prácticas dietéticas complejas de las sociedades preagrícolas

Esto desafía la noción predominante de una dieta basada en gran medida en proteínas animales entre los grupos humanos preagrícolas y plantea interrogantes sobre la falta de desarrollo agrícola en el norte de África a principios del Holoceno.

Zineb Moubtahij (izquierda), primer autor del estudio, explica: “Nuestros hallazgos no sólo proporcionan información sobre las prácticas dietéticas de los grupos humanos preagrícolas, sino que también resaltan la complejidad de las estrategias de su subsistencia en diferentes regiones. Comprender estos patrones es crucial para desentrañar la historia más amplia de la evolución humana".

Además, este estudio es el primero en utilizar isótopos de zinc conservados en esmalte para determinar la dieta de poblaciones antiguas de África. El norte de África es una región clave para el estudio de la evolución humana y su dispersión moderna. Tener una herramienta que nos permita explorar más a fondo la dieta humana en esta región proporcionará información valiosa sobre sus patrones dietéticos humanos y adaptabilidad en diferentes entornos.

En el futuro, el equipo de investigación espera explorar enclaves paleolíticos adicionales en el norte de África y utilizar técnicas innovadoras para obtener una comprensión más profunda de las prácticas dietéticas antiguas y sus implicaciones para la evolución humana.

Fuente: Instituto Max Planck | 29 de abril de 2024

El rostro de una mujer neandertal cobra vida en una impresionante reconstrucción

La cabeza recreada de "Shanidar Z'' muestra a una mujer neandertal que vivió hace unos 75.000 años. (Crédito de la imagen: Universidad de Cambridge; BBC Studios/Jamie Simonds).

Un cráneo de neandertal que fue aplastado en pedazos hace 75.000 años ha sido reconstruido y utilizado para recrear el rostro de una mujer arcaica de aspecto sabio con cabello oscuro y suelto.

Los arqueólogos reconstruyeron minuciosamente el cráneo de esta mujer neandertal, a quien los investigadores llamaron Shanidar Z, a partir de cientos de fragmentos de hueso aplanados descubiertos dentro de la cueva Shanidar en el Kurdistán iraquí en 2018. Se cree que su cráneo fue aplastado poco después de su muerte, posiblemente por un desprendimiento de rocas, y luego compactado por decenas de miles de años de sedimentos.

Pero ahora, con la ayuda de escaneos de superficies y técnicas de impresión 3D, los arqueólogos han dado vida a su rostro sintético: músculos, piel y todo. Han detallado sus esfuerzos en un nuevo documental titulado "Secretos de los neandertales", que ha sido emitido en Netflix el 2 de mayo.

Foto: La doctora Emma Pomeroy está a cargo del preciado cráneo, que fue prestado por las autoridades kurdas.

"Los cráneos de los neandertales y los humanos se ven muy diferentes", dijo en un comunicado Emma Pomeroy, paleoantropóloga de la Universidad de Cambridge que aparece en el documental .

"Los cráneos de los neandertales tienen enormes arcos superciliares y carecen de mentón, con una parte media de la cara saliente que resulta en narices más prominentes", dijo. "Pero el rostro recreado sugiere que esas diferencias no eran tan marcadas en la vida".

Los neandertales eran los parientes más cercanos de los humanos modernos. Vivieron en Eurasia desde hace unos 400.000 años hasta que se extinguieron hace aproximadamente 40.000 años. Sin embargo, durante ese tiempo, posiblemente hace 250.000 años, los neandertales se cruzaron con el Homo sapiens que se había aventurado fuera de África y entrado en Eurasia. El legado genético de estos eventos de mestizaje aún perdura hoy.

El cráneo aplanado de "Shanidar Z" que fue encontrado dentro de la cueva Shanidar en el Kurdistán iraquí. (Crédito de la imagen: Graeme Barker).

"Quizás sea más fácil ver cómo se produjo el mestizaje entre nuestra especie, hasta el punto de que casi todos los vivos hoy todavía tienen ADN neandertal", dijo Pomeroy.

La cueva Shanidar se hizo famosa originalmente por descubrimientos arqueológicos en la década de 1950, al hallarse a varios neandertales que parecían haber sido enterrados allí uno tras otro. Estos hallazgos sugirieron que esta cueva era un lugar de enterramiento utilizado por estos humanos arcaicos.

El cráneo de Shanidar Z, reconstruido en el laboratorio de la Universidad de Cambridge. Crédito: Jamie Simonds / BBC Studios

Hasta ahora se han excavado en la cueva los restos de al menos 10 neandertales. Sin embargo, los arqueólogos creen que Shanidar Z es potencialmente el mejor conservado de todos. Sus restos, que incluyen parte de un esqueleto casi hasta la cintura, fueron cuidadosamente expuestos bajo 7,5 metros de tierra y roca y retirados para su análisis en docenas de pequeños bloques envueltos en papel de aluminio.

Los arqueólogos no pudieron encontrar sus huesos pélvicos, por lo que determinaron su sexo estudiando una proteína en el esmalte de sus dientes. Estos análisis también arrojan luz sobre su edad, como lo revelan los progresivos signos de desgaste de los mismos. El equipo cree que Shanidar Z podría haber tenido unos 40 años y alrededor de 1,5 metros de altura.

"Creo que puede ayudar a vincularnos con quiénes eran", dice Emma Pomeroy.

Fuentes: livescience.com | bbc.com | 2 de mayo de 2024

La datación revisada del esqueleto de Liujiang renueva la comprensión de la ocupación humana de China

a) Ubicación de la cueva Tongtianyan (Liujiang) en la provincia de Guangxi, sur de China, junto con la ubicación de otros fósiles clave de 'Homo sapiens' en China. b) Vista frontal de los elementos craneales y poscraneales del Hombre de Liujiang.

La aparición del Homo sapiens en Asia oriental ha sido durante mucho tiempo objeto de intenso interés de investigación, y la escasez de fósiles humanos bien conservados y fechados plantea importantes desafíos.

La cueva Tongtianyan, ubicada en el distrito Liujiang de la ciudad de Liuzhou, en el sur de China, ha sido un punto focal de esta investigación y alberga uno de los hallazgos fósiles más importantes de Homo sapiens. Sin embargo, la antigüedad de los fósiles encontrados en su interior ha sido un tema de debate... hasta ahora.

En un estudio internacional, con contribuciones de la Universidad Griffith, los investigadores proporcionaron nuevas estimaciones sobre la antigüedad e información revisada sobre la procedencia de los fósiles humanos de Liujiang, arrojando luz sobre la presencia del Homo sapiens en la región. El estudio, "Nueva edad del Pleistoceno tardío para el esqueleto de Homo sapiens del sur de China de Liujiang ", ha sido publicado en Nature Communications.

Réplica de cráneo del 'Hombre de Liujiang' en el Museo Nacional de Historia Natural (Washington D.C.)

Mediante técnicas de datación avanzadas, incluida la datación de la serie U en fósiles humanos y la datación por radiocarbono y luminiscencia estimulada ópticamente en sedimentos que contienen fósiles, el estudio reveló nuevas dataciones que van desde hace aproximadamente 33.000 a 23.000 años. Anteriormente, los estudios habían informado edades de hasta 227.000 años para el esqueleto.

"Estas estimaciones revisadas se alinean con fechas de otros fósiles humanos en el norte de China, lo que sugiere una presencia geográficamente extendida del 'Homo sapiens' en todo el este de Asia hace unos 40.000 años", dijo el profesor Michael Petraglia (izquierda), coautor del estudio y director del Centro de Investigación Australiano para la Evolución Humana en la Universidad de Griffith.

El Dr. Junyi Ge (derecha), de la Academia China de Ciencias y autor principal del estudio, dijo: "Este hallazgo tiene implicaciones significativas para comprender las dispersiones y adaptaciones humanas en la región. Desafía interpretaciones anteriores y proporciona información sobre la historia de la ocupación poblacional de China".

Los restos esqueléticos de Liujiang, descubiertos en 1958, han sido considerados durante mucho tiempo entre los fósiles más importantes del este de Asia. Con su excelente conservación, los restos craneales, dentales y poscraneales han sido objeto de extensas comparaciones biológicas y morfológicas en toda Eurasia.

El Dr. Qingfeng Shao (izquierda), de la Universidad Normal de Nanjing, añadió: "Los hallazgos de este estudio anulan estimaciones de antigüedad e interpretaciones paleoantropológicas anteriores, enfatizando la necesidad de métodos de datación sólidos y documentación de procedencia adecuada en el estudio de la evolución humana".

Los análisis exhaustivos de datación del estudio resaltan la importancia de dataciones precisas para avanzar en nuestra comprensión de los orígenes y las dispersiones de los humanos modernos.

Fuente: Griffith University | 1 de mayo de 2024

La UCA inaugura una exposición con nuevos datos de las poblaciones neandertales y humanas anatómicamente modernas en el sur de Iberia

La Universidad de Cádiz, en el marco de la programación de la Semana Universitaria del Libro 2024, ha inaugurado – en el patio derecho de la Biblioteca de Humanidades de la Facultad de Filosofía y Letras – la exposición Cueva de Ardales y Sima de las Palomas de Teba. Nuevos datos para el conocimiento de las poblaciones neandertales y humanas anatómicamente modernas en el sur de Iberia’, impulsada por el Vicerrectorado de Investigación y Transferencia y comisariada por los profesores e investigadores de la Universidad de Cádiz, José Ramos Muñoz, Pedro Cantalejo Duarte y Serafín Becerra Martín y Gerd-Christian Weniger, por parte del Neanderthal Museum-Universidad de Colonia.

El rector de la Universidad de Cádiz, Casimiro Mantell, en compañía de los alcaldes de Ardales, Juan Alberto Naranjo, y de Teba, Cristóbal Corral, de la vicerrectora de Investigación y Transferencia, M.ª Jesús Ortega, el decano de la Facultad, Arturo Morgado, el catedrático de Prehistoria, José Ramos, y la directora de Editorial UCA, Elena Cuasante, ha presidido el acto inaugural. Ha contado con la presencia del doctor Honoris Causa de la UCA, el arqueólogo Francisco Giles, de investigadores, profesorado y alumnado de diferentes departamentos y facultades, personal de Biblioteca y del Servicio de Publicaciones de la UCA.

Esta exposición presenta los resultados de un Proyecto General de Investigación hispano-alemán en el yacimiento arqueológico de Cueva de Ardales y Sima de las Palomas de Teba en Málaga que demuestra que hay numerosas ocupaciones de poblaciones neandertales y humanas anatómicamente modernas, con evidencias estratigráficas de más de 50.000 años. Las excavaciones arqueológicas y los estudios de materiales se han desarrollado con los debidos permisos y autorizaciones de la Junta de Andalucía, entre 2012 y el presente. Tras una etapa inicial (2012-2014) de sondeos en el marco de una actividad arqueológica puntual, se han realizado excavaciones sistemáticas dentro de un Proyecto General de Investigación (PGI) entre 2015-2024.

Los resultados científicos se han publicado en revistas de alto impacto internacional como Science, Nature Ecology and Evolution, PLOSONE, PNAS, Journal of Human Evolution, Quaternary Research, Archaeological Prospection, Archaeological and Anthropological Sciences, Journal of Raman Spectroscopy, Archäologie in Deutschland, Environmetal Archaeology.

Editorial UCA ha publicado por primera vez, en formato abierto, una monografía de casi 1.000 páginas con la participación de 58 investigadores internacionales (España, Alemania, Reino Unido, Dinamarca, Portugal, Francia y Filipinas) sobre los resultados finales de este proyecto. Se titula Las sociedades prehistóricas del Paleolítico medio al Neolítico final en la Cueva de Ardales y Sima de las Palomas de Teba (Málaga, España). Estudio geoarqueológico, cronológico y medioambiental y puede descargarse gratuitamente en su web.

La exposición recoge en ocho paneles una síntesis de la investigación desarrollada en las dos cavidades. “Se indican datos de la localización geográfica y geológica, de la gran variedad de recursos disponibles por las sociedades prehistóricas en el territorio inmediato y de la historia de las investigaciones. Se da un balance paleoecológico de las secuencias estratigráfícas del Pleistoceno y Holoceno. Se presenta el registro arqueológico y de las analíticas científicas desarrolladas: Arqueología prehistórica: tecnología lítica, estudios cerámicos, Geoarqueología y Arqueometría, Arqueobotánica, Paleontología y fauna, Antropología humana, Antropología dental, Sistemas de dataciones -más de 100 dataciones obtenidas por: C14, OSL, TL, U/Th- para la obtención de unos resultados históricos que explican los modos de vida de las sociedades cazadoras-recolectoras del Paleolítico y de las sociedades tribales del Neolítico, en el territorio inmediato a dichas cuevas, en el entorno de la región geohistórica atlántica-mediterránea del Estrecho de Gibraltar”, en palabras del profesor Ramos.

Asimismo, los visitantes pueden descubrir en sus vitrinas una selección de instrumentos y objetos utilizados en las excavaciones prehistóricas, con material de laboratorio empleado en los estudios interdisciplinares, así como réplicas de cráneo de Homo sapiens neanderthalensis y de Homo sapiens sapiens, y de productos arqueológicos prehistóricos (material docente de prácticas de la Universidad de Cádiz).

Se completa la muestra con reproducciones en papel de las primeras páginas de los artículos publicados en revistas internacionales de prestigio y con libros y monografías científicas y divulgativas generadas en la investigación de ambas cuevas.

Un descubrimiento de más de 60.000 años

Cueva de Ardales y Sima de las Palomas de Teba tienen numerosas ocupaciones de poblaciones neandertales y humanas anatómicamente modernas, con evidencias estratigráficas de más de 50.000 años, así se confirma según los resultados obtenidos en este trabajo científico referente, liderado por la UCA y el Neanderthal Museum en la arqueología del mundo contemporáneo. Están localizados campamentos de sociedades cazadoras-recolectoras neandertales en dichas cavidades, donde se realizaba actividades gráficas-artísticas y enterramientos. Sus comisarios han detallado que “las cronologías actuales y el registro arqueológico indican que las manifestaciones gráficas de más de 60.000 años en Cueva de Ardales serían realizadas por neandertales. Los datos estratigráficos muestran que no hubo convivencia en ambas cuevas de poblaciones neandertales y modernas. Hay un significativo hiato de ocupación entre sociedades con tecnología de modo 3 (Musteriense) y de modo 4 (Gravetiense)”.

Los investigadores han avanzado en sus estudios en la reconstrucción paleoecológica, que señalaría “condiciones de aridez importantes entre el fin del Paleolítico medio y el inicio del Paleolítico superior”. Posteriormente, han ratificado que existía la explotación de recursos marinos por poblaciones cazadoras-recolectoras del Paleolítico superior -Gravetiense- en Cueva de Ardales y Solutrense- en Sima de las Palomas de Teba. "Esto conduce a procesos de movilidad estacional de estas poblaciones entre la costa y el interior. Existirían fenómenos de distribución de conchas desde los yacimientos del litoral hacia el interior y, por otro lado, del sílex hacia los sitios costeros”, como ha detallado el profesor Ramos.

Finalmente, desde este proyecto y sus numerosas investigaciones se afirma que “tanto neandertales como poblaciones anatómicamente modernas eran verdaderas sociedades, con modos de vida y de trabajo bien definidos por la caza, pesca y recolección” en la región geohistórica atlántica-mediterránea del Estrecho de Gibraltar.

Fuente: Universidad de Cádiz | 24 de abril de 2024

La competencia entre distintos homínidos fue más influyente en el resultado final de la especiación que la evolución del clima

El Cráneo 5, apodado Miguelón en homenaje al ciclista navarro Miguel Indurain, fue recuperado en 1992 en el yacimiento de la Sima de los Huesos de la sierra de Atapuerca. Su antigüedad está establecida en torno a los 400.000 años y se atribuye a preneandertal varón de unos treinta y tantos años

Durante mucho tiempo se ha considerado al clima responsable de la aparición y extinción de especies de homínidos. Sin embargo, en la mayoría de los vertebrados se sabe que la competencia entre especies desempeña un papel importante.

Ahora, una investigación muestra, por primera vez, que la competencia fue fundamental para la "especiación" (el ritmo al que emergen nuevas especies) a lo largo de cinco millones de años de evolución de los homínidos.

El estudio, publicado hoy en Nature Ecology & Evolution, también sugiere que el patrón de formación de especies de nuestro propio linaje estaba más cerca de los escarabajos isleños que de otros mamíferos.

"Hemos estado ignorando la forma en que la competencia entre especies ha dado forma a nuestro propio árbol evolutivo", dijo la autora principal, la Dra. Laura van Holstein, antropóloga biológica del Clare College de la Universidad de Cambridge. "El efecto del clima en las especies de homínidos es sólo una parte de la historia".

En otros vertebrados, las especies se forman para llenar “nichos” ecológicos, dice van Holstein. Tomemos como ejemplo los pinzones de Darwin: algunos desarrollaron picos grandes para cascar nueces, mientras que otros desarrollaron picos pequeños para alimentarse de ciertos insectos. Cuando se llena cada nicho de recursos, comienza la competencia, por lo que no surgen nuevos pinzones y las extinciones toman el control.

Van Holstein utilizó modelos bayesianos y análisis filogenéticos para demostrar que, al igual que otros vertebrados, la mayoría de las especies de homínidos se formaron cuando la competencia por los recursos o el espacio era baja.

“El patrón que vemos en muchos de los primeros homínidos es similar al de todos los demás mamíferos. Las tasas de especiación aumentan y luego se estancan, momento en el que las tasas de extinción comienzan a aumentar. Esto sugiere que la competencia entre especies fue un factor evolutivo importante”.

Sin embargo, cuando van Holstein analizó nuestro propio grupo, Homo, los hallazgos fueron "extraños".

Para el linaje Homo que condujo a los humanos modernos, los patrones evolutivos sugieren que la competencia entre especies en realidad resultó en la aparición de aún más especies nuevas, una inversión completa de la tendencia observada en casi todos los demás vertebrados.

“Cuantas más especies de Homo había, mayor era la tasa de especiación. Entonces, cuando esos nichos se llenaron, algo impulsó a que surgieran aún más especies. Esto es casi incomparable en la ciencia evolutiva”.

a, Esperanza de vida de las especies que comprende el tiempo entre las fechas de especiación y extinción según tres conjuntos de datos. Naranja: El primer conjunto de datos comprende las fechas publicadas de primera y última aparición (DCP y LAD en inglés), que se utilizan convencionalmente como sustitutos de los tiempos de origen y extinción de las especies sin tener en cuenta la variabilidad en las tasas de preservación de fósiles. Azul claro: fechas de especiación y extinción estimadas en un marco bayesiano que incorpora la variabilidad temporal en las tasas de preservación de fósiles. Azul oscuro: fechas de especiación y extinción estimadas en un marco bayesiano que incorpora la variabilidad dentro del linaje en las tasas de preservación de fósiles. Tenga en cuenta que estos taxones son los que tienen en común las fechas de publicación y nuestra nueva base de datos; Los análisis reales incorporaron Homo ergaster en el conjunto de datos sin preservación previa y Homo rudolfensis en los conjuntos de datos previos a preservación. 'Homo erectus' sl se refiere a 'Homo erectus' sensu lato. b, Filogenia utilizada en este estudio de Parins-Fukuchi et al. 87 con especies coloreadas por agrupación taxonómica (amarillo: Homo; verde: no Homo).

La comparación más cercana que pudo encontrar fue en las especies de escarabajos que viven en islas, donde los ecosistemas contenidos pueden producir tendencias evolutivas inusuales.

"Los patrones de evolución que vemos en las especies de 'Homo' que condujeron directamente a los humanos modernos se acercan más a los de los escarabajos que habitan en islas que a los de otros primates, o incluso a los de cualquier otro mamífero".

En las últimas décadas se han descubierto varias especies nuevas de homínidos, desde Australopithecus sediba hasta Homo floresiensis. Van Holstein creó una nueva base de datos de 'ocurrencias' en el registro fósil de homínidos: cada vez que se encontró y fechó un ejemplo de una especie la anotaba, esto es, alrededor de 385 en total.

Los fósiles pueden ser una medida poco fiable de la vida de las especies. "Los primeros fósiles que encontremos pueden no ser los primeros miembros de una especie", dijo van Holstein.

“El grado de fosilización de un organismo depende de la geología y de las condiciones climáticas: si hace calor, es seco o está húmedo. Con los esfuerzos de investigación concentrados en ciertas partes del mundo, es posible que, como resultado, nos hayamos perdido fósiles más jóvenes o más antiguos de una especie”.

Cráneos de un 'Homo floresiensis' (izquierda) y un Homo sapiens.

Van Holstein utilizó modelos de datos para abordar este problema y tuvo en cuenta los números probables de cada especie al principio y al final de su existencia, así como los factores ambientales de fosilización, para generar nuevas fechas de inicio y finalización para la mayoría de las especies de homínidos conocidas (17 en total).

Descubrió que algunas especies que se pensaba habían evolucionado a través de una "anagénesis" (cuando una especie (un ancestro) lentamente se convierte en otra, pero el linaje no se divide) en realidad pueden haber "brotado": cuando una nueva especie se ramifica a partir de una existente, es decir por "cladogénesis".

Por ejemplo, se creía que la especie de homínido Australopithecus afarensis se había especiado mediante anagénesis a partir del Australopithecus anamensis. Sin embargo, el nuevo modelo de datos sugiere que se superpusieron alrededor de medio millón de años.

Esto significó que varias especies de homínidos más de las que se suponía anteriormente coexistían y, por lo tanto, posiblemente competían entre sí.

Comparación de mandíbulas del 'Paranthropus boisei' (izquierda) y 'Homo sapiens' encontradas en África. | PNAS

Si bien las primeras especies de homínidos, como Paranthropus, probablemente evolucionaron fisiológicamente para expandir su nicho (adaptando los dientes para explotar nuevos tipos de alimentos, por ejemplo), el impulsor del patrón evolutivo, muy diferente en nuestro propio género Homo, bien pudo haber sido la tecnología.

“La adopción de herramientas de piedra o del fuego, o técnicas de caza intensivas, son comportamientos extremadamente flexibles. Una especie que logre aprovecharlos puede crear rápidamente nuevos nichos y no tiene que sobrevivir largos períodos de tiempo mientras desarrolla nuevos planes corporales”, dijo van Holstein.

Sostiene que la capacidad de utilizar la tecnología para generalizar e ir rápidamente más allá de nichos ecológicos que obligan a otras especies a competir por el hábitat y los recursos, puede estar detrás del aumento exponencial del número de especies de Homo detectadas en el último estudio.

Pero también condujo al Homo sapiens los homínidos generalistas por excelencia. La competencia con un generalista extremadamente flexible en casi todos los nichos ecológicos pudo ser lo que contribuyó a la extinción de todas las demás especies de Homo.

Van Holstein añadió: “Estos resultados muestran que, aunque convencionalmente se ha ignorado, la competencia jugó un papel importante en la evolución humana en general. Quizás lo más interesante es que en nuestro propio género desempeñó un papel diferente al de cualquier otro linaje de vertebrados conocido hasta ahora”.

Fuente: University of Cambridge | 17 de abril de 2024

¿Por qué desaparecieron los cazadores-recolectores de Europa?

Recreación de un cazador-recolector en una cueva. (Crédito de la imagen: Gorodenkoff a través de Shutterstock).

Los cazadores-recolectores vivieron en toda Europa durante miles de años y fueron la presencia humana dominante en tal continente durante la mayor parte de ese tiempo. Entonces, ¿qué pasó con todos ellos?

Los investigadores aún no conocen el conjunto exacto de circunstancias que llevaron a la desaparición de los cazadores-recolectores de Europa, pero su declive coincidió en términos generales con la expansión de la agricultura en sus diferentes regiones. Los agricultores neolíticos llegaron a Europa hace unos 8.000 años y finalmente reemplazaron a los cazadores-recolectores después de un período de compartir el continente con ellos.

"Los agricultores comenzaron a llegar a Europa desde el Cercano Oriente, trayendo animales y plantas domesticados, y luego hay una coexistencia de agricultores y cazadores-recolectores hasta hace 5.000 años, cuando estos últimos desaparecen", dijo a Live Science Cosimo Posth (izquierda), profesor de arqueología y paleogenética en la Universidad de Tübingen, en Alemania.

Los cazadores-recolectores de Europa no eran una entidad única, sino una serie de poblaciones y culturas humanas diferentes que sobrevivían cazando animales y buscando alimentos silvestres. Los cazadores-recolectores llegaron a Europa en oleadas y comenzaron a establecerse en el continente hace unos 47.000 años. Posth describió esta población inicial "como una rama muerta', porque en su mayor parte desapareció, al igual que los primeros exploradores humanos que se aventuraron en Europa. Sin embargo, después de esas primeras migraciones fallidas, al menos algunas de las oleadas posteriores de cazadores-recolectores prosperaron en el continente".

Para cosechar maíz se utilizaban hoces de pedernal cortadas a presión. Esta hoz se encontró en Jægerspris Slotshave, en el norte de Zelanda, y pertenece al Neolítico tardío.

Posth señaló que los europeos modernos deben entre el 10% y el 15% de su ADN a los cazadores-recolectores europeos, la mayor parte del cual proviene de la última ola de cazadores-recolectores que se extendieron desde Italia hace unos 14.000 años. Así que una parte de su legado genético sigue vivo aunque gran parte de su estilo de vida ya no existe.

Los cazadores-recolectores en su mayoría se mantuvieron a la expectativa cuando los agricultores llegaron unos 6.000 años después, y, aunque la población agrícola adoptó gradualmente genes de los cazadores-recolectores, estos últimos permanecieron genéticamente distintos. "El ADN de un cazador-recolector de 7.000 años de antigüedad en España reveló que tenía ojos azules y piel oscura. Este era el caso de la mayoría de los cazadores-recolectores de toda Europa hace 14.000 años, mientras que los agricultores de la época tenían la piel más clara y los ojos oscuros", recuerda Posth.

A medida que la agricultura se extendió por Europa, los cazadores-recolectores perdieron sus tierras. "Los últimos cazadores-recolectores se desplazaron hacia las periferias de Europa, hacia zonas donde no competían directamente con los agricultores", afirmó Posth.

La tumba del 'Hombre de Dragsholm' , que data del Neolítico temprano, pertenecía a un hombre que fue uno de los primeros agricultores de Dinamarca. En la tumba yacía su arco y sus flechas, un pequeño recipiente de arcilla cocida, algunas hojas de pedernal y un hacha de batalla. Llevaba una muñequera de hueso en la muñeca izquierda y cuentas de ámbar cosidas a su ropa. El ajuar funerario refleja su vida como granjero, cazador y guerrero.

Todavía hay muchas incógnitas sobre cómo interactuaron los dos grupos entre sí. Algunos cazadores-recolectores terminaron viviendo en comunidades agrícolas o sus alrededores. Por ejemplo, el entierro de hace aproximadamente 5.800 años de un individuo cazador-recolector, en lo que hoy es Dinamarca, conocido como 'Hombre de Dragsholm', muestra que fue enterrado con ajuar funerario de cazadores-recolectores, pero que tenía una dieta similar a la de los primeros agricultores europeos. Esto significa que adoptó la cultura y la dieta de los agricultores inmigrantes. Sin embargo, la mayoría de los cazadores-recolectores fueron exterminados o desplazados en unas pocas generaciones, según un estudio reciente de la Universidad de Lund, Suecia, pueblicado en Nature.

Los restos craneales del 'Hombre de Vittrup', acabaron en un pantano después de que su cráneo fuera aplastado por al menos ocho fuertes golpes. (Crédito de la imagen: Stephen Freiheit; Fischer et al., 2024, PLOS One, CC-BY 4.0)

Un estudio de 2024 publicado en la revista PLOS One encontró que una comunidad agrícola en Dinamarca sacrificó violentamente a un cazador-recolector de Noruega o Suecia hace unos 5.200 años, el llamado 'Hombre de Vittrup'. El sacrificio ritual no era necesariamente un castigo para el cazador-recolector, y puede haber sido un inmigrante o comerciante que obtuvo la misma posición social entre los agricultores, o puede haber sido una persona cautiva o esclavizada, anotaron los autores del estudio. Se sabe que algunas comunidades de cazadores-recolectores probablemente sufrieron muertes violentas a manos de agricultores y estuvieron expuestos nuevos patógenos procedentes de su ganado.

Anders Fischer (izquierda), arqueólogo independiente y autor de ambos estudios, dijo a WordsSideKick.com que "Los agricultores crecieron rápidamente en número a medida que se extendieron y pudieron haber sido muy 'belicosos' en su enfoque hacia los cazadores-recolectores. De estos últimos muchos decidieron no ser agricultores, pero alguien decidió en su nombre y tal vez fueron eliminados en el mismo proceso".

Fuente: livescience.com | 13 de abril de 2024

Mujeres del periodo Neolítico en Europa fueron atadas y enterradas vivas en sacrificios rituales asociados a la actividad agrícola

La tumba de Saint-Paul-Trois-Châteaux, cerca de Aviñón, Francia, contiene los esqueletos de tres mujeres que fueron enterradas allí alrededor del año 5.400 a.C. Se cree que dos de ellas fueron víctimas de un sacrificio. (Crédito de la imagen: Ludes et al., Sci. Adv. 2024)

El asesinato de víctimas de sacrificios mediante el incaprettamento (atarles el cuello a las piernas dobladas detrás de la espalda, para que efectivamente se estrangularan) parece haber sido una tradición en gran parte de la Europa del periodo Neolítico, y un nuevo estudio ha identificado más de una docena de tales casos de asesinato a lo largo de más de 2.000 años.

El estudio surgió después de una reevaluación de una tumba antigua que fue descubierta hace más de 20 años en Saint-Paul-Trois-Châteaux, cerca de Aviñón, en el sur de Francia. La tumba imita un silo o pozo donde se almacenaba el grano y contenía los restos de tres mujeres que fueron enterradas allí hace unos 5.500 años.

El nuevo estudio, publicado en la revista Science Advances, reinterpreta las posiciones de dos de los esqueletos y sugiere que sus personas fueron asesinadas deliberadamente, primero atándolas en la forma llamada incaprettamento y luego enterrándolas mientras todavía estaban vivas, tal vez para un ritual agrícola.

El autor principal del estudio, Eric Crubézy (izquierda), antropólogo biológico de la Universidad Paul Sabatier, en Toulouse, Francia, dijo a Live Science que la tumba tenía mucho simbolismo agrícola. Observó que una estructura de madera construida sobre ella estaba alineada con el Sol en los solsticios y que cerca se encontraron varias piedras rotas para moler grano. "Tienes la alineación, tienes el silo, tienes las piedras rotas, así que parece que era un rito relacionado con la agricultura".

Para investigar la idea del sacrificio humano en Saint-Paul-Trois-Châteaux, Crubézy, que trabajó en el descubrimiento inicial de la tumba, y sus colegas, examinaron estudios arqueológicos anteriores de sitios con tumbas en toda Europa. El equipo incluía al patólogo forense Bertrand Ludes (derecha) de la Universidad Paris Cité y autor principal del estudio.

Encontraron evidencias de 20 casos probables de asesinatos sacrificiales mediante el procedimiento del incaprettamento en 14 enclaves del Neolítico que datan de entre 5400 y 3500 a.C. También encontraron manifestaciones de arte rupestre del Mesolítico en la Cueva Addaura, en Sicilia, realizadas entre 14.000 y 11.000 a.C., las cuales parecen representar dos figuras humanas dispuestas a la manera del incaprettamento.

Escena de arte rupestre mesolítico de la Cueva de Addaura. Según J. Guilaine, en esta escena aparecen once seres humanos y un ciervo que, dada su posición, probablemente esté fallecido (¿sacrificado?). Nueve de los humanos están de pie (en gris); varios de ellos están adornados con caras con picos de pájaro, que se asemejan a máscaras, y todos parecen muy animados. El artista pretendía transmitir una sensación de entusiasmo general. Rodean a dos humanos centrales (resaltados por nosotros en negro), en posición boca abajo. Se acuestan boca abajo con las piernas dobladas debajo de ellos; uno tiene los brazos colgando, mientras que el otro los tiene doblados detrás del cuello. Hay una cuerda tendida entre sus tobillos y su cuello. Los genitales masculinos en las dos figuras están representados muy claramente, como si estuvieran erguidos, y la figura de abajo se muestra con la lengua fuera; estos dos signos se encuentran en casos de estrangulamiento o ahorcamiento.

Los investigadores creen que el esqueleto central de la tumba (marcado con 1) era una mujer mayor que fue enterrada después de morir por causas naturales, y que los otros dos esqueletos (marcados con 2 y 3) fueron mujeres más jóvenes víctimas de un sacrificio mediante "incaprettamento". Crédito de la imagen: Ludes et al., Sci. Adv. 2024

Crubézy dijo que parece que el incaprettamento se originó como una costumbre de sacrificio en el período Mesolítico, antes de los inicios de la actividad agrícola, y luego pasó a usarse para sacrificios humanos asociados con la agricultura en el período Neolítico.

"Como método de sacrificio humano, el incaprettamento parece haber estado muy extendido en gran parte de la Europa neolítica, con evidencias de esta práctica en sitios que van desde la República Checa hasta España. La más antigua es una tumba cerca de Brno-Bohunice, en la República Checa, que data de alrededor del 5.400 a.C., y la última es la tumba en Saint-Paul-Trois-Châteaux, lo que sugiere que la práctica persistió durante más de 2.000 años", dijo Crubézy.

La tumba que contenía tres esqueletos fue construida al estilo de un silo o pozo para almacenar grano, dentro de una pequeña estructura de madera y rodeada por una zanja. Crédito de la imagen: Ludes et al., Sci. Adv. 2024.

Asesinatos espantosos

Las ligaduras utilizadas para atar a las dos personas de Saint-Paul-Trois-Châteaux hace tiempo que se deterioraron, pero algunas características de sus esqueletos, como las posiciones inusuales de sus piernas, sugieren cómo murieron, advierte Crubézy.

"La tercera mujer en la tumba parece haber sido mayor y probablemente murió por causas naturales. También fue enterrada normalmente para la época, de lado y en el centro de la tumba. Esto sugiere que ella había sido enterrada ceremonialmente después de su muerte natural y que las dos mujeres más jóvenes habían sido sacrificadas para ser enterradas con ella", añade Crubézy.

Las dos víctimas del sacrificio parecen haber sido inmovilizadas con pesados ​​fragmentos de piedras utilizadas para moler grano, lo que indica que, a pesar de sus ataduras, todavía estaban vivas cuando fueron enterradas.

La estructura de madera estaba abierta en ambos extremos y la tumba se construyó descentrada, posiblemente para permitir que el sol durante el amanecer del solsticio de verano y el atardecer del solsticio de invierno iluminara a un sacerdote o sacerdotisa sobre ella. Crédito de la imagen: Ludes et al., Sci. Adv. 2024

Hoy en día, el espantoso método de asesinato incaprettamento está asociado a la mafia italiana, que en ocasiones lo ha utilizado como forma de advertencia o reprimenda.

Crubézy indicó que no se sabía por qué se usaba el incaprettamento para reralizar sacrificios humanos durante el periodo Neolítico, pero podría haber sido porque se podía considerar (hipócritamente) que una persona atada de esta manera se estrangulaba a sí misma, en lugar de ser asesinada por otra persona.

Fuente: livescience.com | 10 de abril de 2024

El hallazgo de restos cerámicos de más de 2.000 años de antigüedad cuestiona que aborígenes australianos aprendieran alfarería tras la llegada de los colonos europeos

Selección de restos cerámicos hallados en la isla de Jgurru / isla Lagarto.

El descubrimiento de la cerámica más antigua jamás encontrada en Australia, en Jiigurru / Isla Lagarto, frente a la costa de Queensland, desafía la idea de que las comunidades aborígenes australianas desconocían la fabricación de cerámica antes de la colonización europea.

Sean Ulm (izquierda), profesor de la Universidad James Cook, e investigador jefe del Centro de Excelencia para la Biodiversidad y el Patrimonio Australiano del Consejo Australiano de Investigación (CABAH), dijo: "Las cerámicas fueron descubiertas en una excavación arqueológica realizada en Jiigurru por el CABAH en asociación con las comunidades aborígenes Dingaal y Ngurrumungu, para las cuales Jiigurru tiene una fuerte importancia cultural.

“Los arqueólogos excavaron un basurero de 2,4 metros de profundidad en Jiigurru durante un período de dos años para descubrir evidencias de ocupación, como restos de mariscos y peces recolectados y consumidos por la gente de la isla, que tienen más de 6.000 años.

"A menos de un metro bajo la superficie, el equipo encontró docenas de fragmentos de cerámica que tienen entre 2.000 y 3.000 años de antigüedad, y es, por tanto, la cerámica más antigua jamás descubierta en Australia" .

El profesor Ulm dijo que el descubrimiento, publicado en Quaternary Science Reviews, desafía las nociones previas de que las comunidades aborígenes australianas desconocían la fabricación de cerámica antes de la colonización europea, sugiriendo en cambio una rica historia de intercambios culturales a larga distancia e innovación tecnológica mucho antes de la llegada británica.

El sitio de excavación en isla de Jiigurru (Isla Lagarto).

“El análisis geológico de la cerámica indica que se produjo localmente utilizando arcillas y temples procedentes de Jiigurru. La edad de la cerámica se superpone con un período en el que se sabía que el pueblo lapita del sur de Papúa Nueva Guinea producía cerámica”, dijo el profesor Ulm.

Kenneth McLean (derecha), miembro del clan Dingaal y presidente de la Corporación Aborigen Walmbaar, declaró: “Trabajar en colaboración arqueólogos y propietarios tradicionales del país es algo que nunca antes se había hecho con mi gente, la cual no solo ha compartido cada uno su historia personal, sino también colaborado desde el punto de vista arqueológico con la historia de nuestro antiguo pueblo, lo que ha proporcionado un buen resultado. Resulta claro que podemos cuidar el país juntos”.

El miembro de la comunidad Ngurrumungu, Brian Cobus (izquierda), dijo: “Cada conocimiento que adquirimos nos ayuda a contar la historia del país. Proyectos de investigación como este nos ayudan a todos a comprender mejor el país y a comprender cómo cuidarlo”.

El profesor Ulm señala que el descubrimiento revela que las comunidades aborígenes del norte de Queensland tenían conexiones con las comunidades alfareras de Nueva Guinea.

"El descubrimiento nos brinda información sobre las sofisticadas capacidades marítimas de las comunidades de las primeras naciones de esta región, y estos restos cerámicos son cruciales para comprender los intercambios culturales que ocurrieron en Jiigurru hace miles de años", subraya el profesor Ulm.

Un escáner láser terrestre en acción en la isla Jiigurru/Isla Lagarto. Crédito: Ian McNiven

“Creemos que los antepasados ​​de los propietarios tradicionales participaban en un sistema comercial muy extendido. Es decir, comerciaban con tecnología, bienes e ideas, sabían cómo hacer cerámica y la hacían localmente”.

El investigador jefe de el CABAH, el profesor Ian McNiven (derecha), de la Universidad de Monash, dijo que "las evidencias apuntan a una historia de conexiones profundas a través del Mar del Coral, facilitadas por tecnología avanzada de viajes en canoa y habilidades de navegación en mar abierto, lo que contradice la noción obsoleta del aislamiento indígena.

Estos hallazgos no sólo abren un nuevo capítulo en la arqueología australiana, melanesia y del Pacífico, sino que también desafían los estereotipos colonialistas al resaltar la complejidad y la innovación de las comunidades aborígenes. El descubrimiento de restos cerámicos añade una nueva capa a nuestra comprensión del papel de la comunidad de los Jiigurru y los australianos indígenas en la red más amplia de intercambio marítimo e interacción cultural a través del Mar del Coral".

Según el profesor McNiven, la isla de Jiigurru marca el límite sur de antiguas redes marítimas internacionales que unían el este del norte de Queensland, el sur de Nueva Guinea y el Estrecho de Torres, formando la 'Esfera de Interacción Cultural del Mar del Coral'.

Conexiones culturales a través del Mar del Coral. Ulm et al. Quaternary Science Review, 2024.

“Estas redes facilitaron el intercambio de objetos e ideas entre las comunidades costeras de Australia y Nueva Guinea durante los últimos 3.000 años. Mientras que algunos objetos, como los adornos corporales de conchas cónicas y las pipas de bambú, indican un intercambio generalizado de cultura e ideas, otros, como la cerámica, también sugieren el intercambio de tecnología”, concluye el profesor McNiven.

Notas adicionales

La investigación de el CABAH, realizada en colaboración con las comunidades aborígenes Dingaal y Ngurrumungu, formó la base de la exposición del Museo de Queensland Conexiones a través del Mar del Coral: una historia de movimiento. Lea más aquí al respecto, y explore en un recorrido virtual la exposición aquí y explore los objetos de la exposición en este enlace.

Esta investigación fue realizada por el Centro de Excelencia para la Biodiversidad y el Patrimonio Australiano del Consejo Australiano de Investigación (número de proyecto CE170100015) con las comunidades aborígenes Dingaal y Ngurrumungu como socios. El equipo de investigación está compuesto por 40 investigadores de 26 instituciones y está dirigido por los investigadores jefes del CABAH, el distinguido profesor Sean Ulm (Universidad James Cook) y el profesor Ian McNiven (Universidad de Monash).

Fuentes: James Cook University | sciencealert.com | 10 de abril de 2024